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Alcaldía, Alcalde, Andalucía, Arenas del Rey, Baile benéfico, campo de criptana, Casino de la Concordia, Cortes de Cádiz, Damnificado, Diego Muñoz Torrero, España, Espectáculo, Granada, Miguel Molero, Portugal, Solidaridad, Terremoto, Víctima
El día 25 de diciembre de 1884 hubo un terrible terremoto con epicentro en Arenas del Rey (Granada). Con una intensidad IX-X y una magnitud de 6,5, fue este seísmo uno de los más destructivos registrados en España en el siglo XIX. Ocasionó 839 muertos, la destrucción de 4.400 edificios y una cifra de 13.000 damnificados. Rápidamente surgió en toda España una ola solidaria con el fin de paliar la triste situación en que había quedado aquella región, y Campo de Criptana no fue la excepción. Una de las iniciativas que se quisieron poner en marcha fue un baile benéfico organizado por la junta directiva del Casino de la Concordia. Como era preceptivo y por tratarse de un acto público, se solicitó la autorización al ayuntamiento de la localidad, pero el alcalde, con el deseo de intervenir en todo lo que se hiciera en su pueblo y controlar toda iniciativa benéfica, dio su consentimiento pero con unas condiciones inaceptables para el Casino. Al final, el baile no se llevó a cabo.
La noticia del escandaloso comportamiento del alcalde de Campo de Criptana se extendió por toda España. La crítica a su actuación fue unánime: no se podían poner trabas a los actos benéficos, teniendo en cuenta la desesperada situación en que se encontraban los miles de damnificados por el terremoto. ¿Qué consiguió aquel alcalde? Por supuesto, poco podía imaginar que abriría la caja de los truenos y quedaría como el tonto de turno. Durante meses, la prensa lo utilizó como modelo de lo que un alcalde no debería ser. Para demostrar que el alcalde de un pueblo cualquiera era un incompetente o un prepotente, se echaba mano del de Criptana. Y esto duró bastantes meses.
Hoy traigo la primera entrega de este pequeño folletín sobre aquella monumental metedura de pata del alcalde criptanense que quiso intervenir e baile benéfico del Casino de la Concordia. En esta entrega reproduzco la publicación de la respuesta oficial de la Alcaldía a la Junta Directiva del Casino de la Concordia, por la cual se imponían unas determinadas condiciones (que la mayoría del pueblo consideró arbitrarias) para permitir la celebración del baile. Se publicó en el diario liberal La Iberia, año XXXII, núm. 9.142, jueves 29 de Enero de 1885, y dice así:
Abandonamos al juicio público la conducta del alcalde de Campo de Criptana, una villa de 8.000 almas, á quien habiéndose pedido permiso para dar un baile en el Casino de la Concordia, á beneficio de las víctimas de los terremotos, ha tenido el desenfado de responder con la siguiente comunicación:
«Ayuntamiento de Campo de Criptana .- Alcaldía .- Particular .- 22 de Enero de 1885. – Señor presidente del Casino de la Concordia de Criptana .- Muy señor mío: En contestación á su carta de 20 del actual debo manifestarle que desde luego le concedo el competente permiso para que el 25 del mismo celebre una función en el salon de ese Casino, siempre que, como espectaculo público se verifique con intervencion de mi autoridad, para conocer los productos que se obtengan y remitirlos por mi conducto al señor gobernador civil de la provincia para el objeto benéfico á que deben ser destinados, pues de otra manera y no debiendo contrariar los deseos del Gobierno, no me es posible conceder la licencia que solicita. – Soy de V. con la debida consideración, etc. – Miguel Molero».
¿Cómo ha de ejercer su autoridad quien de este modo entiende la mision que le confían las leyes?
No en el Campo de Criptana, pero ni aun en el último villorio de España es licito á los alcaldes discurrir y obrar tan desatinadamente.
De Miguel Molero, que parece ser el alcalde por aquel entonces en Campo de Criptana, hay pocas noticias. Aparece como uno de los suscriptores de Campo de Criptana, con 4 reales, en la «Suscrición (sic) para trasladar á España las cenizas del digno diputado de las Córtes de Cádiz don Diego Muñoz Torrero» que publica el periódico La Iberia, año XII, núm. 5.123, del viernes 9 de agosto de 1869. El pacense Diego Muñoz Torrero (1761-1829) tuvo un papel importante en las Cortes de Cádiz de 1812. Había fallecido en Oeiras e São Julião da Barra (Portugal).
Como ya he dicho, la decisión del alcalde tuvo muchas consecuencias que iré mostrando en próximos posts.
JOSÉ MANUEL CAÑAS REÍLLO
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