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[Post revisado y corregido el 24 de mayo de 2012]
Hace unos días traté sobre un ilustre criptanense, el licenciado Félix Ortiz Muñoz, cura propio de Fuentenovilla, e hice referencia a uno de los dos escritos que se conocen de él, titulado Sermon en la solemnissima octava que a la traslacion del Santo Christo que llaman de Villaxos consagro la noble villa del Campo de Criptana, este año de 1666, predicado por el Lic. D. Felix Ortiz Muñoz. Como ya dije, esta obra, que se publicó en Alcalá de Henares en 1667, está dedicada a don Gregorio Vaíllo (o Baíllo) de la Beldad, «Abogado de los Reales Consejos, Ministro de la Santa Inquisición con oficio de Abogado de los pobres, presos, y Alcalde Ordinario por el estado de los Hijosdalgo de la Villa del Campo de Criptana». Es probable, pues, que fuera este Gregorio Vaíllo el organizador de este traslado del Cristo y quien encargase a Ortiz Muñoz el sermón.
Nos interesa aquí el texto que encontramos en el fol. Ir y siguientes, donde, a modo de introducción al sermón, el autor hace una breve exposición sobre la historia del santuario y de su Cristo echando mano de numerosas citas en latín de autores clásicos, como Valerio Máximo y Marcial, y de autores cristianos, como San Jerónimo.
He seleccionado una serie de pasajes interesantes para este tema. Me centraré hoy, en primer lugar, en las noticias sobre santuario, sobre sus devociones en el pasado y sobre la ermita; en segundo lugar, sobre la imagen del Cristo; y, en tercer lugar, sobre la devoción al Cristo y la construcción de una nueva capilla.
Sobre el santuario
En el sitio en que estuuo fundado antiguamente el lugar de Villaxos (Iurisdicion oy de esta villa del campo de Crytana, de quien dista media legua), solamente auia quedado vna Hermita de S. Marcos sita en la parte, donde hubo vn tiempo Parrochial Iglesia, como se conocio no solo en los vetigios, y ruinas del antiguo edificio, sino en vn cementerio, adonde en diuersas ocasiones se han hallado sepulcros de humanos cadaueres. Era esta Hermita por su lobreguez, y estrechura mansion menos decente a la grandeza de vn Santo Christo alli colocado, que apellidandole con el nombre de aquel despoblado, llaman comunmente el Santo Christo de Villaxos.
Sobre la imagen («simulacro») del Cristo
Es esta diuina Imagen estampa tan viua de Christo muerto en la Cruz, que no se que aya en la tierra otra más parecida. De Phidias aquel escultor famoso refiere Valerio Maximo, que hizo vn simulacro de Iupiter tan perfecto, que humanas manos no fabricaron otro mas ventajoso, o mas admirable: Simulacro Iouis Olympii perfecto, quo nullum praestantibus, aut admirabilius humanae fabricatae sunt manus. En carecimiento, que pueda acomodarse a este Soberano Simulacro, por ser el primor de su escultura en todo perfectissimo.
Sobre la devoción al Cristo de Villajos
Siendo pues esta Imagen de Christo nuestro bien, crucificado, tan singularmente atractiua, dicho se esta sera con muy especiales señas de deuocion venerada. Alegrese Villaxos, pues si la injuria de los tiempos la despoblo, oy la frequencia de los que acuden a visitar este Santo Crucifixo le haze poblado. Es este Santo Christo el consuelo de esta villa que agradecida a los fauores, que de su liberal mano continuamente experimenta, dispuso hazerle a no pequeña costa capilla, donde estuuiesse con mas decencia colocado. Consiguiolo aun entre los ahogos de tantas necessidades, originadas de la esterilidad de los años, y de las precisas contribuciones. Pero que no conseguira la deuocion?
Lo dicho nos suscita un interrogante: ¿Se podría identificar esa antigua ermita con los restos de murallas y arcos que aún quedaban hace unos años en la parte trasera del santuario? Sea como sea, ya no existen. Hace unos años alguien tuvo la feliz idea de derribar estos restos. Que cada uno cargue con su culpa. Poco queda del recuerdo de San Marcos en Villajos, excepto el arroyo con su nombre que nace en la Huerta de Treviño (aquella arboleda paradísiaca antaño, hoy secarral inhumano) y restos de una devoción casi olvidada, pero aún en la memoria de algunos criptanenses. Así, esto queda en Villajos de aquel evangelista a quien debemos el evangelio canónico más antiguo que conocemos.
Suponemos que la imagen de Cristo al que se refiere Ortiz Muñoz no es la misma que hoy se venera en el santuario.
Respecto a la devoción, explica el autor que por ella, y por la estrechez de la ermita de San Marcos que antes había alojado al Cristo, decidió el pueblo hacer una nueva capilla digna de él.
En el próximo post dedicado a este tema, continuaré con lo que nos dice Ortiz Muñoz sobre una cofradía o hermandad, a la que llama «Congregación de los Esclavos del Cristo», y con la procesión de traslado que se celebró el día 17 de septiembre de 1666. Dejaré otras noticias para días sucesivos.
JOSÉ MANUEL CAÑAS REÍLLO
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