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A perro flaco todo son pulgas, y a convento desamortizado todo expolios. Y esto del convento viene, como no podía ser de otra manera en Campo de Criptana, por aquel viejo Convento de Carmelitas Descalzos que aquí hubo una vez y que la desamortización aniquiló, con casi todo lo que en él había (véase al respecto: Libros que fueron del Convento de Carmelitas Descalzos de Campo de Criptana en la Biblioteca de la Universidad Complutense). Por si no fueran pocos los males que habían caído sobre aquel edificio desde su desamortización (y también sobre todo el patrimonio histórico y cultural criptanense en general) nuevas desgracias volvieron a ensañarse con él.
Ya en el post titulado Un cruel asesinato y un robo impío (Campo de Criptana, 1873), hablé sobre una preocupante crónica publicada en el diario menorquín El bien público (año I, núm. 112, del martes 15 de julio de 1873). Despertaba esta noticia la intranquilidad de los criptanenses por sucesos acaecidos en su pueblo y término: el asesinato de un segador, ocurrido el 28 de junio de ese año, y el robo de bienes del Convento de Carmelitas Descalzos, quizá ambos relacionados. Especialmente nos interesa aquí el segundo caso, el del robo, porque a comienzos de agosto de ese año aún no había sido elucidado, y por ello el Boletín Oficial de la Provincia de Ciudad Real, del día 8 de agosto de 1873 (pág. 7) publicó una requisitoria del Juzgado de Alcázar de San Juan, fechada el 3 de agosto de 1873, en la que se instaba a los jueces y a la policía de la provincia a ocuparse del asunto.
Lo interesante, además de las cuestiones legales, es que esta requisitoria enumera con gran detalle los bienes robados y su valor histórico, y esto nos hace reflexionar sobre lo que hubo en Criptana y la acción del tiempo y, especialmente el hombre, han destruido. He aquí el texto de la requisitoria:
D. Anastasio Vindel, juez de primera instancia de esta villa de Alcázar de San Juan y su partido.
Escudo de la Orden de los Carmelitas Descalzos (Espadaña de la Iglesia del convento de Campo de Criptana): Foto de José Manuel Cañas Reíllo (2012)
Hago saber: Que en este juzgado y por la actuacion del infrascrito escribano se instruye sumario de causa criminal de oficio en averiguacion de los autores del robo de alhajas y ropas, cometido en el ex-convento de Carmelitas de la villa de Campo de Criptana la noche del 29 al 30 de Junio anterior: de cuyo sumario resulta que dicho robo consistió en dos cálices de plata con patenas y cucharillas del mismo metal, los primeros lisos, de poco peso y de una marca mediana, llevando en la peana el escudo del Cármen; una caja de plata para la consagración, que tiene de peso de cinco á seis onzas, y cuatro cadenas, pertenecientes á un incensario de metal blanco y plateado. Una capa de coro, color encarnado, con flores blancas, de tisú de primera clase, de las llamadas toledanas, la cual, aunque antigua, se conserva casi nueva y lleva broches de plata. Y una casulla, tambien encarnada, con flores y franja verde, tambien en su uso, aunque no tanto como la anterior. En su consecuencia y con el objeto si esposible (sic) de averiguar dónde se hallan las ropas y alhajas reseñadas, y quién ó quiénes fueran los autores del robo, exhorto y requiero en nombre de la jurisdicción que egerzo (sic), á los señores jueces de la provincia de Ciudad-Real, y de mi parte les ruego que luego que llegue á su conocimiento la presente requisitoria y valiéndose de los dependientes de la policia judicial, practiquen las diligencias más activas al fin que se indica: y en el caso de dar resultado ocupen los efectos robados, y detengan á las personas en cuyo poder se hallen, poniéndolos á disposición de este juzgado para proceder en justicia á lo que corresponda.
Dado en Alcázar de San Juan á 3 de Agosto de 1873. – Anastasio Vindel. – Por mandado de su señoría, Francisco Panadero.
En el post de mañana aportaremos más datos al respecto.
JOSÉ MANUEL CAÑAS REÍLLO
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