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Hoy hablaré de dos personajes coetáneos que, aparentemente, no tienen relación entre ellos. Pero hay, como se verá, un nexo, de esos casuales que prepara el destino: un certificado de nacimiento para el conde que redactó Agustín Blasco. Este documento nos proporciona la excusa para contar algunas cosas de ambos personajes.

El Conde de las Cabezuelas

Casa del conde con lluvia: Cuadro de José Manuel Cañas Reíllo (1994)

Casa del conde con lluvia: Cuadro de José Manuel Cañas Reíllo (1994)

El conde de las Cabezuelas era el principal contribuyente de la provincia de Ciudad Real en la segunda mitad del siglo XIX. En el Boletín Oficial de la Provincia de Ciudad Real, Supl. nº 1, 9 de septiembre de 1877 (pág. 8), aparece citado entre los contribuyentes criptanenses, como «propietario», con residencia en la Plaza, núm. 7. Pagaba una contribución de 6.278,38 pesetas, una auténtica fortuna para la época. En 1877 disfrutaba el título Juan de la Cruz Baíllo de la Beldad y Marañón, VI Conde de las Cabezuelas (1805-1890) (véase: Crónica de un secuestro en Campo de Criptana, 1839). En 1823 se casó con María del Pilar de Marañón y Pérez de Nueros. El matrimonio tuvo doce hijos. Fue senador en el periodo 1872-1876 por la provincia de Ciudad Real.

En el Senado se conserva un certificado de bautismo del conde expedido el día 17 de abril de 1872 por el entonces párroco de Campo de Criptana, el presbítero Agustín Blasco, al que ya hemos hecho referencia en tantas ocasiones en este blog. Según decía en el Libro de Bautizos número 27 (1793-1807), folio 607, de la Parroquia de la Asunción, fue bautizado el futuro conde el día 11 de julio de 1805 por Rafael María Vélez, «del Abito de Santiago, cura propio de la dicha Iglesia». El nombre con el que fue bautizado era Juan de la Cruz Francisco de Paula Apolonio María Ramón Joaquín Josef Gregorio Alfonso Miguel Rafael.

Agustín Blasco, presbítero

Unos años antes, Agustín Blasco, quien se encargó de la redacción del certificado que abriría las puertas del senado al conde de las Cabezuelas, estuvo involucrado en un asunto algo turbio relacionado con expedientes de capellanías, del que da cuenta el Boletín Oficial de la Provincia de Ciudad Real, del 14 de mayo de 1873 (págs. 7-9) en una notificación del juzgado de primera instancia de Vitigudino. Ésta exigía al presbítero Blasco que se presentase en el plazo de 30 días para dar cuenta sobre el extravío de los expedientes de tales capellanías, y señala que en aquel momento estaba en paradero desconocido.

Desconocemos las circunstancias de este affaire. Cuatro años antes, en 1869, Blasco había sido víctima de un secuestro, que parece que no encontró solución hasta 1870 (véase: Un párroco erudito y polígrafo en Campo de Criptana: Agustín Blasco, † 1883). En posts futuros contaremos más cosas sobre aquel párroco, que además de eclesiástico fue sabio.

JOSÉ MANUEL CAÑAS REÍLLO