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Pozos, Campo de Criptana: Foto de José Manuel Cañas Reíllo (2013)

Pozos, Campo de Criptana: Foto de José Manuel Cañas Reíllo (2013)

De vez en cuando los periódicos traen también buenas noticias. Y se publican en la sección de sucesos, porque tanto vale el término «suceso» in bonam partem como in malam. Es decir, vale tanto para desgracias y acontecimientos luctuosos como para buenas noticias. Es cierto, que históricamente abundan más las malas, y que se oye más el crujir de los malos en el eterno rotar del mundo que la discreción de los buenos, que suele ser callada y silenciosa, pero también más efectiva y resplandeciente. Y precisamente hoy hablaremos de una de estas buenas noticias que, aunque raras, de vez en cuando asoman la cabeza, como con miedo, en el mar infinito de las malas.

El hecho ocurrió en Campo de Criptana, a finales de abril de 1928. Tanta repercusión tuvo que tres periódicos de tirada nacional casi simultáneamente le dedicaron un espacio. Una versión breve de lo acontecido se publicó en el Heraldo de Madrid (año XXXVIII, núm. 13.179, del miércoles 25 de abril de 1928, pág. 4) con el título La decisión de un industrial salva a dos niños de morir ahogados,  y en el ABC del  mismo día (pág. 24); una versión versión ampliada titulada Un acto heroico se publicó en el periódico El Imparcial, año LXII, núm. 21.207, del jueves 26 de abril (pág. 4). Reproduzco a continuación ambas versiones:

Heraldo de Madrid / ABC:

CIUDAD REAL. 25.- El industrial de Campo de Criptana Federico Cama se arrojó a un aljibe para salvar la vida de los niños Luis y Lucas Angil, de diecinueve meses y dos años de edad, respectivamente, que se habían caído allí cuando jugaban.

El benemérito industrial logró su propósito. Se pide para tan loable acción una recompensa.

El Imparcial:

Ciudad Real 25.- En los alrededores del Campo de Criptana se hallaban jugando junto a un aljibe los niños Luis y Lucas Angil, de año y medio y dos años de edad, respectivamente. Las criaturas se acercaron demasiado al brocal del poco y cayeron al fondo.

El suceso fué presenciado por el industrial D. Federico Cama, que con grave riesgo de perecer ahogado se arrojó al aljibe, y tras no pocos esfuerzos consiguió salvar a las criaturas. El rasgo del heroico salvador ha sido elogiadísimo. Se piensa solicitar para él una recompensa.

Pozos, Campo de Criptana: Foto de José Manuel Cañas Reíllo (2013)

Pozos, Campo de Criptana: Foto de José Manuel Cañas Reíllo (2013)

Fuera de estas informaciones no he encontrado más datos sobre Federico Cama; incluso me aventuraría a decir entrando ya más en el campo de la hipótesis que en el de la certeza, que no era de Campo de Criptana, puesto que no hay ni rastro de él en los textos de la época. Lo mismo puedo decir sobre los dos niños. En todo caso, una cosa es patente, y es que en todos los tiempos y épocas ha habido héroes y villanos, y que los primeros, aunque menos en número que los segundos, siempre brillan y alumbran más. Es la justa y obligada recompensa por hacer el bien. Es una lástima, sin embargo, que no siempre los villanos reciban el castigo que merecen por sus actos y queden, tan a menudo y mucho más de lo deseable, impunes de sus actos.

JOSÉ MANUEL CAÑAS REÍLLO