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Paul Gauguin: "La visión tras el sermón" (1888)

Paul Gauguin: «La visión tras el sermón» (1888)

Seguimos hoy contado más cosas e historias sobre Micaela Peñaranda. Yo mismo no he podido evitar asombrarme ante la gran cantidad de datos que hay sobre esta mujer criptanense, cuánto brilló en la vida literaria y cultural de la época y cuánto escribió. Así, nos adentraremos en el tramo de su vida correspondiente a los años 1912, 1913 y 1914. Hay en este periodo menos noticias sobre su actividad literaria, pero abundan, por el contrario, las noticias sobre su actividad religiosa y, en menor medida, política.

En el año 1912 Micaela Peñaranda aparece citada como una de las participantes en una suscripción patriótica, «La bandera del «España»; su contribución fue de una peseta (La época, núm. 22.083, del 23 de abril (pág. 1). Ese año continuaba al frente de la la sección de catequesis para niñas de Campo de Criptana, y, según dice de ella El Pueblo Manchego (año 2, núm. 419, del 21 de mayo), «… año tras año y día tras día lleva sobre sí el pesado cargo de la Escuela dominical catequista con gran acierto extraordinario impulso (sic)».

De 1913 apenas tenemos noticias. El periódico El Pueblo Manchego publica en el número correspondiente al 4 de marzo de 1913 un largo poema de Micaela Peñaranda titulado Exhortación.

El año 1914 parece haber adquirido un renombre entre las escritoras de España. De hecho, en un manifiesto por la paz y la mujer que publica el periódico del partido conservador maurista, La Lealtad (año 1, núm. 80, del 7 de noviembre de 1914), aparece citada entre los nombres de periódicos y otras escritoras españolas que lo apoyaron:

La dulce voz de la mujer, abogando por la paz, tiene que despertar un eco de simpatía. Muchos escritores de brillante pluma han respondido. El Nervión, de Bilbao; La Lealtad, de Alicante; El Correo Gallego, del Ferrol; El Diario, de San Fernando, han servido generosamente de portavoz par que los débiles acentos de la mujer no se pierdan. María Alvaro de Aransay, Concha Espina de Serna, Maria de Echavi, Micaela Peñaranda, y otras muchas vibran de entusiasmo en el Norte de nuestra Península, pidiendo el concurso de toda mujer de buena voluntad para el descubrimiento de una idea base sobre la que se puede construir el edificio de la paz por la mujer.

JOSÉ MANUEL CAÑAS REÍLLO