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Isabel Perillán y Quirós, Micaela Peñaranda y Lima… Fueron escritoras en tiempos en los que para una mujer era casi imposible alcanzar un lugar en la literatura. Y no solo en la literatura; hasta bien entrado el siglo XX era casi impensable que una mujer fuera catedrática de universidad. Tan raro era que, cuando se daba la situación, era noticia, y los periódicos se hacían eco de ello con cierta extrañeza. Así ocurrió con el dilema académico que se presentó en 1916: ¿Se podía nombrar a Emilia Pardo Bazán para la cátedra de Literatura contemporánea de la Universidad Central? Es decir: ¿Podía una mujer ser catedrática? Para unos, no había problema legal; para otros, era impensable que una mujer desempeñase ese tipo de puestos.
El tema fue noticia en el periódico El Defensor de Almería, año 1, núm. 5, del 5 de marzo de 1916. Por aquel entonces, «el señor Burell» había consultado con la Academia Española el nombramiento de Emilia Pardo Bazán. Según Burell, el nombramiento estaba de acuerdo con lo establecido en la Ley de Moyano de 1857, que aceptaba a mujeres en la enseñanza y en cualquier tipo de puesto, porque «nada impide á la mujer merecedora por tales conocimientos que desempeñe una cátedra». No era, sin embargo, por aquellos años, la primera vez que se planteaba tal dilema: ya antes, una criptanense había dado el paso para obtener una cátedra, según dice este mismo periódico:
Precisamente en Campo de Criptana hay una señorita que habla griego y latín á la perfección y que ahora se presenta á las oposiciones de la cátedra de Filosofía y Letras.
De la misma cuestión se ocupó también el periódico El Castellano, del 4 de marzo de 1916, en la sección «Instrucción Pública»:
Ha remitido el Sr. Burell á informe de la Facultad de Filosofía y Letras y de la Lengua el expediente relativo á la concesión de una cátedra á la condesa de Pardo Bazán.
Le será concedida con arreglo á la ley Moyano, que autoriza á las señoras para desempeñar tales cátedras, y al amparo de cuyos beneficios solicitó hace años una cátedra de Filosofía una señorita de Campo de Criptana.
El Sr. Burell es Julio Burell y Cuéllar (1869-1919), periodista y político, ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes en tres periodos (1910-1911, 1915-1917, 9 de noviembre al 5 de diciembre de 1918) y ministro de la Gobernación (19 de abril a 11 de junio de 1917). Lamentablemente, no he podido averiguar el nombre de esta «señorita» de Criptana que hablaba griego y latín, pero, es evidente que fue una pionera y una adelantada a su época.
JOSÉ MANUEL CAÑAS REÍLLO
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