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Campo de Criptana (Panorámica): Foto de José Manuel Cañas Reíllo (2013)

«Campo de Criptana (Panorámica)»: Foto de José Manuel Cañas Reíllo (2013)

Hablábamos ayer del pintor Gregorio Prieto  y de su pasión por los molinos, en general, y por los de Campo de Criptana en particular. Fueron, como dijimos, los años de los pioneros en la conservación de los molinos, en una época en que pocos apostaban por ellos como monumento imperecedero y recuerdo imborrable de las inefables aventuras de Don Quijote. La novela era una ficción, Don Quijote era una invención, toda su historia se ha convertido en leyenda, pero los molinos de viento son reales. Podríamos decir, con cierto atrevimiento, que con ellos la ficción cervantina se hizo realidad y que la novela cobró vida. Por ello estos molinos tienen tanto valor.

Lo que nos decía allá por 1961 Gregorio Prieto de ellos quedó recogido el un artículo al que nos referimos ayer, escrito por J. Rodríguez Alfaro y publicado en Falange, en el número correspondiente al 20 de agosto de ese año (pág. 4). Proseguiremos, pues, donde lo dejamos ayer, entremezclando, de nuevo, la opinión del periodista y las palabras textuales del pintor:

En Campo de Criptana se calcula que habría hasta cuarenta molinos, al decir de Cervantes, cuyos nombres se conservan en el catastro de 1752. Eran, por ejemplo, El Pereo, el Infante, el Huertamañana, el Cervadal, y el Quimera. De el Quimera se ha hecho una nueva versión, por iniciativa del embajador de Chile, y ahora se ha inaugurado el Pilón, réplica también del primitivo, por la del embajador de la Argentina. Y poco a poco, irán surgiendo más, obra del entusiasmo de los países hispanoamericanos que se han brindado a colaborar en la tarea de reconstruir los viejos y simbólicos molinos manchegos.

"Molinos": Foto de José Manuel Cañas Reíllo (2013)

«Molinos»: Foto de José Manuel Cañas Reíllo (2013)

Y en este punto cambia el texto de tercio, y pasamos del contexto particular de los molinos criptanenses, al más amplio de los molinos de Castilla y a lo que nos decían diversos autores sobre la época de su implantación en estas tierras.

– ¿Qué edad calcula a los molinos de Castilla?

[G. Prieto] Según Richard Ford, los molinos de la Mancha y los de España, en general, fueron introducidos en 1575, y que por eso es más explicable la confusión y el asombro de Don Quijote al verlos. Pero la realidad es que antes de 1575 y hasta 1393, parece que eran conocidos los molinos de viento en Castilla y en la España cristiana. En 1330, el Arcipreste de Hita debía conocer algún grupo de molinos de Castilla la Nueva, a juzgar por un par de versos que repite en el Libro de Buen Amor.

Y para finalizar, se hace un breve repaso de las medidas que por aquel entonces se estaban tomando para promover la protección de los molinos. Y en esto queda patente que los molinos de Criptana se consideraban ya un valor universal:

Como resultado de la gran campaña iniciada hace unos pocos años, se han reconstruido gran número de molinos, se ha publicado un decreto de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando para declararlos monumentos histórico-artísticos, se ha conseguido una vinculación con las Sociedades protectoras de molinos de Inglaterra y Holanda y han sido creados por el entonces gobernador civil de Ciudad Real, don José María del Moral, actualmente delegado nacional de la Prensa del Movimiento, los trofeos de honor «Molino de oro» y «Molino de Plata» para los primeros premios de las exposiciones de artistas manchegos que en más de una ocasión han sido otorgados a pintores que luego han alcanzado renombre internacional.

"Molinos": Foto de José Manuel Cañas Reíllo (2013)

«Molinos»: Foto de José Manuel Cañas Reíllo (2013)

Aquí nos quedamos, sin dejar a un lado a un personaje antes citado de gran importancia literaria: el viajero e hispanista inglés Richard Ford (1796-1858). Recogió las impresiones de sus viajes por España entre 1830 y 1833 en el conocidísimo libro titulado A Handbook for Travellers in Spain and Readers at Home  (1844), escrito que alcanzó gran éxito. Respecto a las referencias a los molinos en el Libro de Buen Amor, se encuentran en las estrofas 193, 195, 472, 473, 712, 774 y 778, pero no se especifica si eran de viento o de agua. Finalmente, quedan unas palabras sobre el navarro José María del Moral Pérez de Zayas, citado aquí como gobernador de Ciudad Real. Era doctor en Filosofía y Letras y licenciado en Ciencias Políticas y económicas. Fue profesor en la Universidad de Madrid. Además de gobernador de Ciudad Real, lo fue también de Guipúzcoa. Fue autor de varios libros publicados en los años sesenta sobre pensamiento, política e historia (tomo estas referencias de la Auñamendi Eusko Entziklopedia).

Aquí dejamos el tema de hoy, pero en el futuro tendremos más oportunidad de hablar de Gregorio Prieto.

JOSÉ MANUEL CAÑAS REÍLLO

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