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Francisco de Goya: "Desastres de la Guerra". Grabado

Francisco de Goya: «Desastres de la Guerra». Grabado

En el artículo publicado el pasado día 10 del corriente, titulado La agresión al criptanense Isidoro Berenguillo y Casero (Campo de Criptana, 1869) (I) hicimos referencia a uno de los muchos sucesos delictivos que por aquel entonces sembraban la comarca de La Mancha de inseguridad y de intranquilidad. Al criptanense Isidoro Berenguillo y Casero le agredieron, al parecer, unos gitanos de Tomelloso, uno de los cuales era conocido como «el hijo de Hilario». El juez de primera instancia del Juzgado de Alcázar de San Juan, Jaime Moya y Torrente, mandó publicar en el Boletín Oficial de la Provincia de Ciudad Real, del 31 de mayo de 1869 una citación para que los acusados se presentaran en el plazo de nueve días en el Juzgado, para defenderse de los cargos. Pero, ¿comparecieron? Parece que no, porque apenas un mes después, el juez vuelve a publicar la citación. Es evidente que no se presentaron en el plazo establecido. Esta nueva citación se publicó en el Boletín Oficial de la Provincia de Ciudad Real, del 25 de junio de ese año, y su texto, muy parecido al de la primera, decía así:

Alcázar de San Juan

D. Jaime Moya y Torrente, Juez de primera instancia de esta villa y su partido.

Por el presente cito, llamo y emplazo al Gitano conocido por el hijo de Hilario y a los que le acompañaban la tarde del 3 de Mayo último, cuando llegaron á la quinteria titulada el Tejado, termino del Campo de Criptana, vecinos todos del Tomelloso, para que se presenten en el Juzgado á responder á los cargos que contra ellos resulta en la causa que se les sigue sobre lesiones; prevenidos que no compareciendo en el término de nueve dias desde esta fecha se sustanciará la causa en su ausencia y rebeldía, parándole el perjuicio que haya lugar.

Dado en Alcázar de San Juan á 14 de Junio de 1869. = Jaime Moya. = Por mandado de S. S., Francisco Panadero.

No sabemos si, al final, se presentaron o no… y si el juicio llegó a su fin con normalidad o no. Como ya dije en su momento, no he encontrado más noticias sobre este asunto.

Nos restan algunas pequeñas consideraciones para acabar. Un año y medio después de los hechos, el Jaime Moya y Torrente estaba destinado como juez en Vitoria (Boletín de la Revista General de Legislación y Jurisprudencia, periódico oficial del Ilustre Colegio de Abogados de Madrid,  año XVIII, tomo XXXVI, Madrid 1871, pág. 132). Situemos ahora en el mapa el lugar en el que tuvo lugar la agresión a Berenguillo. La citación dice que era la «Quinteria titulada El Tejado». Creo que la podemos identificar con la actual «casa del Tejado», situada en el paraje del mismo nombre, muy cerca de Alameda de Cervera (poco menos de dos kilómetros), en la orilla derecha del Canal del Guadiana y a 181 metros de su cauce, junto al camino de Argamasilla de Alba a Campo de Criptana que, recordemos, es el camino tradicional que parte del Puente de San Benito sobre el río Záncara para llegar a Argamasilla. Del puente se encuentra a 7 kilómetros y medio, y de Campo de Criptana a poco más de 16. También está bien comunicada con Arenales de San Gregorio, pueblo del que dista poco más de diez kilómetros, y con Tomelloso, al que hay una distancia de 12 kilómetros y medio. Las coordenadas son: long. 3º 6′ 6.55 W; lat. 39º 15′ 49.67 N.

Apéndice

Acabo con una última observación que viene muy a cuento. Al día siguiente de la publicación de esta citación, tenía lugar uno de los hechos más sonados en la crónica negra criptanense del siglo XIX. Una pequeña nota informativa sobre el hecho se publicó en el periódico La Esperanza, del 26 de junio de ese año:

El Siglo ha recibido una carta del Campo de Criptana, en la que le dicen que el cura párroco y otro caballero han sido secuestrados por tres hombres armados, que se los llevaron á los montes, pidiendo por su rescate 12.000 rs. y 5.000 duros. El párroco, auxiliado por sus amigos, pudo reunir los 12.000 rs. que se le exigían, y regresó al Campo de Criptana, siendo recibido con grandes demostraciones de afecto por todo el vecindario. Del otro sugeto no se tiene noticia, y se teme una catástrofe.

Francisco de Goya: "Duelo a garrotazos"

Francisco de Goya: «Duelo a garrotazos»

El párroco secuestrado era, ni más ni menos, que Agustín Blasco y Hernández, del que tanto hemos hablado en este blog. Para más detalles sobre el suceso, remito al lector que sienta curiosidad por el tema a los siguientes artículos: Un párroco erudito y polígrafo en Campo de Criptana: Agustín Blasco († 1883); Más cosas sobre Agustín Blasco, párroco erudito y polígrafo de Campo de Criptana; Los lazos del tiempo: El Conde de las Cabezuelas y el presbítero Agustín Blasco (Campo de Criptana, 1877); Apostillas a la historia de Agustín Blasco, párroco de Campo de Criptana: Epílogo y final (1841-1883).

JOSÉ MANUEL CAÑAS REÍLLO