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Jacob von Ruisdael: El cementerio judío

Jacob von Ruisdael: «El cementerio judío»

Da para mucho la historia del cementerio de Campo de Criptana, y ya en este blog hemos hablado algo de ella (véase: El primer cementerio de Campo de Criptana, 1807). Añadiremos hoy algunos datos más, referentes casi todos ellos a los orígenes y proceso de gestación de aquel nuevo cementerio que vino a sustituir al viejo que estuvo situado, durante muchos años, en la plaza del Pozohondo. Como en otras ocasiones, la fuente de información fundamental en este tema serán los extractos de acuerdos del Ayuntamiento de Campo de Criptana que publicó el Boletín Oficial de la Provincia de Ciudad Real (título que abreviaré a partir de ahora como BOPCR) entre los años 1879 y 1891.

1879

Una de las decisiones más llamativas que se tomó aquel año fue la construcción, bajo la alcaldía de Valentín Ortiz, de un cementerio civil en Campo de Criptana, algo que, por aquella época, no era lo más común. Tal acuerdo se tomó en la sesión ordinaria celebrada el 8 de diciembre de 1879, según consta en el BOPCR, del 9 de enero de 1880, y reza así:

Aprobar la construcción del Cementerio civil para evitar un conflicto entre la autoridad civil y eclesiástica por negarse un moribundo á recibir los Santos Sacramentos.

1883-1884

Cementerio (vista parcial): Óleo de José Manuel Cañas Reíllo (2003)

«Cementerio» (vista parcial): Óleo de José Manuel Cañas Reíllo (2003)

Respecto al cementerio público, se sucedieron continuamente las ampliaciones. En la sesión ordinaria del 10 de diciembre de 1883 se acordó que se preguntara «á doña Teresa Guillén y D. Francisco Lorente» si están conformes en ceder el terreno que se necesita para ensanche del Cementerio Público» (BOPCR del 25 de enero). Parece que ambos propietarios estuvieron de acuerdo, y en sesión ordinaria del 23 de enero de 1884 la corporación dio el visto bueno a la «tasación hecha por el perito agrimensor del terreno que cede doña Teresa Guillén y D. Francisco Lorente para el ensanche del cementerio público».

1890

Continuamente llegaban a la corporación solicitudes de terreno en el cementerio. En la sesión ordinaria del 14 de abril (BOPCR del 14 de mayo) se concedió terreno a Juan José Fernández Gallego. En la sesión extraordinaria del 30 de abril se concedió a Hilarión Escobar y Dominga Rubio Pérez, y en la ordinaria del 12 de mayo (BOPCR del 13 de junio) se concedió terreno a Gabino Ucendo. Parece que había un problema de estancamiento de aguas en los alrededores de la ermita de la Concepción que, posiblemente, también afectaban al cementerio. Así, en la citada sesión del 30 de abril el ayuntamiento acordó:

Ceder á D. Domingo Sánchez Sepúlveda dos celemines de tierra en la orilla de la izquierda de la Concepción, para que se mate el estancamiento de aguas, previo pago e 10 pesetas.

Arnold Böcklin: La isla de los muertos

Arnold Böcklin: «La isla de los muertos»

Aquel año de 1890 el cementerio adquirió un protagonismo especial en la vida criptanense. Pocas veces, como entonces, se había sentido tanto la inminencia de la presencia de la muerte en forma de epidemia de cólera, y pocas veces un cementerio había sido tan necesario. En esta situación, el ayuntamiento decidió en sesión ordinaria del 11 de agosto de 1890 (BOPCR, del 12 de septiembre de 1890) «llevar á la comisión de Cementerios la urgente necesidad de utilizar el nuevamente construído». No sólo se requería adecuar el cementerio a las circunstancias del momento; también hacía falta personal adecuado que hiciera frente a una mortandad mayor de la habitual. Por ello la Junta de Sanidad local, en sesión del 8 de agosto de 1890, contemplaba entre sus medidas dos que atañían al cementerio: una era contratar dos sepultureros más; la otra urgir al Ayuntamiento para que tuviese preparado el nuevo cementerio ante lo que pudiera venir. Era alcalde, por aquel entonces, Francisco de Paula Baíllo.

La puesta en marcha del cementerio no sólo afectaba a su recinto; se requería acondicionar un acceso. Por ello, en la sesión ordinaria del 4 de noviembre de 1890 (BOPCR, del 20 de diciembre de 1890) el Ayuntamiento acordó:

… ceder á D. Valentín Ortiz, cuartillo y medio de tierra que atraviesa su propiedad en el paso del camino que se dirige de la carretera al Cementerio de la Concepción.

Además, seguía la concesión de terrenos para sepulturas. En aquella sesión se concedieron sepulturas a perpetuidad a Jesús Ortiz López y a Leocadio Muñoz Ojicos, y en la del 2 de diciembre se concedió a Juliana Muñoz a perpetuidad el terreno que ocupaba en el cementerio su hijo Joaquín Rubio.

1891

Cementerio: Foto de José Manuel Cañas Reíllo (2008)

Cementerio: Foto de José Manuel Cañas Reíllo (2008)

Aquel año de 1891 fue crucial en la historia del cementerio criptanense. En sesión ordinaria del 16 de febrero (BOPCR del 13 de marzo de 1891) el ayuntamiento presidido por su alcalde Pudenciano Villajos decidió:

Aprobar el reglamento, plano y distribución artística de los 5.176 metros de perímetro que contiene el nuevo ensanche del Cementerio Municipal, y que dicho reglamento se remita á la superior aprobación de las Autoridades civil y eclesiástica, para su ejecución, consignándose en acata un voto de gracias á la Comisión especial de estos trabajos compuesta de los Sres. Alcalde D. Francisco de Paula Baillo y Castilla, Cura párroco Licenciado D. Antonio Martínez, Concejales D. Manuel Cereceda y Gregorio Treviño, Facultativo municipal D. Enrique Alonso; Contribuyentes, Sres. Licenciados D. Tomás Baillo Marañón, D. Juan Manuel Alarcón y D. Ramón Alfaráz (sic), y Vocal de sanidad profesor veterinario D. Eduardo Pizarrol (sic, por «Pizarro»), por el celo demostrado en este importantísimo asunto.

Poco después, en sesión del 4 de mayo (BOPCR del 15 de junio de 1891) el Ayuntamiento, siendo alcalde Vicente Ruescas, aprobó que se expidiera «título administrativo de Capellán del cementerio de esta villa al Pbro. D. José Beamud Quevedo que ha sido nombrado por el Ilmo. Sr. Obispo de la Diócesis para este cargo».

JOSÉ MANUEL CAÑAS REÍLLO

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