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Fueron los años setenta y ochenta del siglo XIX luctuosos en Campo de Criptana. Fueron tiempos de crímenes, de asesinatos… tiempos malos, en fin, para la lírica. Llama la atención que las armas de fuego estuvieran tan a mano y que tan a menudo se echara mano de ellas para resolver disputas. Y no faltaban éstas. Había disputas viejas, de esas que enfrentaban a familias desde hacía generaciones, por una linde movida, por una herencia, por litigios vecinales o por mil motivos sin excesiva importancia, vistas las cosas con frialdad y fijeza. Pero de vez en cuando se daban sucesos inesperados, disputas esporádicas e inesperadas, que, como sin venir a cuento, acababan con derramamiento de sangre, y con muertes truculentas, y sacudían así la tranquila vida cotidiana de los criptanenses. Hubo sonados robos y estafas (véanse: Un robo en Campo de Criptana en un periódico de Kansas, 1879; Más noticias sobre el robo del cuadro del Cristo, 1879; Un falsificador de moneda en Campo de Criptana, 1869; El robo en el Convento de Carmelitas Descalzos, Campo de Criptana, 1873, I; El robo en el convento… 1873, II). Y hubo también asesinatos (véanse: Un asesinato en Campo de Criptana, 1863, I, El crimen; Un asesinato… II, El castigo; Un cruel asesinato y un robo impío, Campo de Criptana, 1873; El extraño asesinato de Santos Ortiz, Campo de Criptana, 1885; El extraño asesinato de Santos Ortiz: Algunas noticias adicionales, Campo de Criptana, 1885) cuyos responsables podían acabar en el garrote vil (véase: Un ajusticiamiento den Campo de Criptana, 1868).

Dos de estos casos, de diferente naturaleza, se dieron en 1873 y en 1875, siendo el responsable la misma persona: un criptanense llamado Gumersindo Villacañas. Conocemos algunos detalles gracias a los anuncios requisitorios y de busca y captura que publicó el juzgado de primera instancia de Alcázar de San Juan, del que dependía jurisdiccionalmente Campo de Criptana. Veamos ahora cuáles fueron estos sucesos de los que se responsabilizaba a Villacañas.

Un tiroteo (1873)

El anuncio se publicó, por orden del juez de primera instancia de Alcázar de San Juan, Anastasio Vindel, en el Boletín Oficial de la Provincia de Ciudad Real, núm. 48, del miércoles 24 de septiembre de 1873. Según dice su texto, se estaba instruyendo de oficio un sumario de causa criminal en ese juzgado. La causa eran unos

… disparos de arma de fuego y otros excesos cometidos en la villa de Campo de Criptana la noche del 12 de Junio último…

En consonancia con ello, se requería la comparecencia del procesado, Gumersindo Villacañas, que tenía por mote «El Navegante», vecino de Campo de Criptana, que era tintorero ambulante. No se disponía de señas para su identificación. Por ello, se le instaba a presentarse en el juzgado en el plazo de quince días a partir de la fecha de publicación del anuncio en la Gaceta de Madrid. Si así no lo hiciere, se le declararía rebelde. La orden está firmada en Alcázar de San Juan, el 15 de septiembre de 1873.

Tentativa de violación (1875)

Frank Bernard Dicksee: "Chivalry"

Frank Bernard Dicksee: «Chivalry»

Dos años después, vuelve a publicarse un anuncio del Juzgado de Primera Instancia de Alcázar de San Juan, también contra Gumersindo Villacañas, en este caso por un intento de violación «de la jóven María Josefa Lopez». Por ello, se dictó providencia por la cual se extendía una Cédula de Citación que decía así:

El señor Juez de primera instancia de este partido de Alcazár (sic) de San Juan ha acordado en providencia de este dia que se cite á Gumersindo Villacañas, vecino de Campo de Criptana, para que el dia 30 del actual y hora de las once de la mañana, se presente en este dicho Juzgado á prestar declaración en causa criminal, bajo las advertencias y apercibimientos establecidos en la ley de Enjuiciamiento criminal.

Alcázar de San Juan 23 de Julio de 1875.- Francisco Panadero.

En este caso firma la cédula no el juez, sino el escribano del juzgado.

En el año 1892 encontramos a un «Gumersindo Villacañas», que ignoro si se debe o no identificar con el antes citado. Aparece como destinatario en Guadalajara de una carta procedente de Madrid que estaba detenida en la Administración Principal de Correos de la provincia de Guadalajara (Boletín Oficial de la Provincia de Guadalajara, núm. 81, del 6 de julio de 1892).

No hay más noticias sobre este personaje. Desconozco si Villacañas fue finalmente declarado culpable por estos hechos o inocente. Tampoco he encontrado noticias referentes al desempeño de su oficio como tintorero ambulante. Algunos años después (1886) había dos tintoreros en Campo de Criptana: Francisco Cuadra y Maximino Cuadra (Anuario del Comercio, año 1886, pág. 1026).

JOSÉ MANUEL CAÑAS REÍLLO