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La vida tiene alegrías y tristezas. Todo en su justa medida es normal, una de cal y de otra de arena, alegrías y sinsabores en dosificación adecuada, si puede ser mucho más de la primera mejor que poco (poco que sea) de la segunda, porque a nadie le amarga un dulce. Pero eso es algo, las alegrías y las tristezas, que uno no puede planear ni prever, porque las cosas vienen como vienen y así hay que aceptarlas. Volvemos hoy de nuevo al periódico local Sancho Panza, y al mismo número del que nos hemos ocupado en los días anteriores (año XI, núm. 95, del 7 de julio de 1912) (véanse: Un absurdo concurso y un premio increíble, Campo de Criptana, 1912; y La otra cara de la moneda: Las necrológicas del periódico «Sancho Panza», Campo de Criptana, 1912). Encontramos en él un elogio a la labor del Colegio de Nuestra Señora de Criptana y a su director, Manuel Antonio Muñoz, por los excelentes resultados de sus alumnos en los exámenes celebrados en el Instituto de Albacete. Dice así:
En los tres años de vida ha obtenido matrícula de honor, sobresalientes, notables y un solo suspenso; que tampoco hace desmerecer al Colegio, pues dos fueron los alumnos que se presentaron a examen de esta asignatura, de las de menor importancia, y junto con el suspenso obtuvieron un sobresaliente.
Y entonces es cuando llega el momento culminante del artículo, porque se felicita por sus resultados a uno de los alumnos, que debía de ser de los más brillantes:
El joven alumno á quien llamaremos en lo sucesivo D. Luis Esteso y Cenjor, hijo de D. Domingo Esteso, ha terminado los estudios del bachillerato con notables ejercicios de reválida; por ello damos la enhorabuena a la familia, para la que no han de ser todo amarguras, siquiera esta alegría vaya envuelta en lágrimas…
¿A qué amarguras se refiere aquí el periódico, que tanto empañaban la alegría del momento? Sin duda, se refiere al fallecimiento de la madre del estudiante y esposa de Domingo Esteso, María de los Ángeles Cenjor el día 8 de mayo en Madrid. Del funesto suceso dio cuenta el mismo número de Sancho Panza ya citado. Días después del fallecimiento, se publicaría en el periódico El Liberal (año XXXIV, núm. 11.882, del viernes 17 de mayo de 1912) la correspondiente esquela:
Después de someterse á una cruenta operación, en la que esperaba encontrar alivio para su , dolencia, ha fallecido la respetable y bondadosa señora doña María de los Angeles Cenjor, esposa de nuestro querido amigo D. Domingo Esteso, á quien, como á su distinguida familia, enviamos nuestro más sentido pésame.
El cadáver de la malograda señora de Esteso, después de embalsamado, fué conducido á Criptana, donde recibió cristiana sepultura.
Como he dicho al principio así es la vida, con sus alegrías y sus tristezas.
JOSÉ MANUEL CAÑAS REÍLLO
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