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Camille Pissarro: «Boulevard Montmartre en una mañana de invierno» (1897). The Metropolitan Museum of Art
En un mundo todavía mayoritario en carros y carretas, allá por el año 1929, cuando estaba a punto de finalizar una de las décadas más locas de la historia, aquellos desenfadados años veinte… entonces, en aquel tiempo, no había problemas de aparcamiento, porque eran pocos los vehículos a motor que circulaban por las carreteras y pocos los conductores con permiso para conducirlos. Tan raros eran estos armatostes por aquellos años que la adquisición o traspaso de uno de ellos en la provincia de Ciudad Real se notificaba siempre en su Boletín Oficial. También se publicaban los nombres de aquellos que se inscribían en el «Registro de conductores de vehículos de motor mecánico». Un ejemplo lo encontramos en este boletín, en el núm. 136 del miércoles 13 de noviembre de 1929. En él, entre nombres de toda la provincia, se citan los de tres criptanenses que, a partir de entonces, podrían conducir un vehículo de segunda categoría con permiso de segunda clase:
Julián Carreras Moreno. Número de registro 2.527.
Ángel Olivares Violero. Número de registro 2.541.
Casimiro Quirós Flores. Número de registro 2.552.
Y un cuarto tenía un permiso de primera clase:
Ramón Arteaga Rubio. Número de registro 2.555.
En el mismo boletín se publica también la venta de un vehículo, en este caso el turismo Singer con matrícula 1.174 de 10 caballos de vapor propiedad del criptanense Emilio Benecet (o Bénézet) que fue «transferido» a Miguel Aparicio, vecino de Alcázar de San Juan.
Llamemos la atención sobre el hecho de que en ninguno de los listados de conductores que se publican en esos años se encuentran nombres de mujer. Y como estos vehículos necesitaban su gasolina, como nosotros el comer, ya entonces estaba toda España salpicada de surtidores de gasolina. Recordemos que ya por aquellos años se habían establecido dos en Campo de Criptana (Emplazamiento de Surtidores Públicos de Gasolina, del Real Automóvil Club de España, 1928). Uno estaba situado en la calle Isaac Peral, en la salida de la carretera; el otro en la calle de la Serna, 14, es decir, también junto a la carretera. Y a título de curiosidad, en la ciudad de Madrid había ya en 1928 en torno a 115 surtidores.
Una observación más para finalizar. Volvemos a encontrar el nombre de Julián Carreras Moreno muchos años después, pasada ya la Guerra Civil. Es en el Diario Lanza, del 31 de agosto de 1946:
JULIÁN CARRERAS MORENO
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Virgen, núm. 8. CAMPO DE CRIPTANA
JOSÉ MANUEL CAÑAS REÍLLO