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Sandro Botticelli: «Historia de Nastagio degli Onesti». Escena segunda (1483). Madrid, Museo del Prado
Tanto daba la traída de aguas que la crónica rosa para el corresponsal criptanense del periódico provincial El Pueblo Manchego. En el mismo número (348, año II, del 5 de marzo de 1912) en el que se publicaba la noticia sobre la gestación del proyecto de traída de aguas a Campo de Criptana desde la vecina Alcázar de San Juan (véase: ¡Agua!… por fin, Campo de Criptana, 1912, I), aparecía también una pequeña noticia de la vida de la alta sociedad criptanense, con el título Onomástica y banquete. Ambas eran obra de aquel mismo corresponsal que tan a menudo hacía figurar a Campo de Criptana y sus gentes, sus sucesos y sus pequeñas noticias cotidianas, en ese periódico.
Si el corresponsal criptanense podía alternar ambas visiones de la vida criptanense, también podemos nosotros. Así, interrumpimos temporalmente hoy la serie dedicada a la traída de aguas para dedicarnos, entre evocaciones buñuelescas, a la crónica rosa criptanense, a ese discreto encanto de la aristocracia. Este tipo de noticias no tenían una sección fija en aquellos periódicos locales, provinciales y regionales. Sí se encontraba, en cambio, una sección destinada a dar cuenta del ir y venir de los miembros de la alta sociedad en sus viajes. Así, por ejemplo, en el periódico local Sancho Panza, año XI, núm. 8, del 7 de julio de 1912, encontramos un saludo a criptanenses ausentes que pasaban sus vacaciones en la localidad:
Se encuentran en esta población, disfrutando las vacaciones, al lado de sus familias, los ilustrados PP. EE. D. Silvino Pulpón y D. Pedro Casero. Saludamos cordialmente á nuestros queridos y antiguos amigos.
Tal y como se dice en el texto ambos eran escolapios de las Escuelas Pías de San Antón (actual sede del Colegio de Arquitectos de Madrid), en la calle Hortaleza. Silvino Pulpón era muy conocido por su intensa actividad como predicador, tanto en las Escuelas Pías como en otras iglesias de Madrid, y también de fuera de Madrid. Poco antes de sus vacaciones en Criptana, el 10 de junio estaba anunciada su predicación en la misa solemne celebrada en honor al Santísimo Sacramento en la iglesia de las Religiosas Bernardas de Madrid (El Siglo Futuro, 2ª época, año VI, núm. 2.279, del sábado 8 de junio de 1912). De él tendremos ocasión de hablar en el futuro más largo y tendido. En ocasiones, encontramos notas que rozan el cotilleo (en el mismo número de Sancho Panza):
Dos señores que vieron la luz primera allá en las montañas cantábricas, están enamorados de estas llanuras sin fin y de estos horizontes sin límites; pero no solamente están enamorados de nuestro árido paisaje; también les gustan nuestras paisanas y están dando vueltas para conquistar el corazón de alguna mancheguita. ya lo sabeis las que estais en estado de merecer. ¿Queréis más señas? El uno es joven y bien parecido y el otro es viudo, pero alegre.
Otros ejemplos, también de cotilleo, los encontramos en el mismo periódico, en este caso en el núm. 91 (año XI, del 17 de marzo de 1912):
Se dice que un viudo joven y bien conservado contraerá matrimonio con una ilustrada señorita que lleva muy poco tiempo de residencia esta población. No sabemos si será cierto: pero malo será que lo digan; pues si nos empeñamos se casan.
Y también se incluyen notas sobre enfermedades:
Se encuentra enfermo de alguna gravedad nuestro particular amigo el ilustrado abogado D. Fernando de Torres.
También sigue aquejado de grave dolencia el ex presidente de este Municipio D. Hilarión Escobar.
Nos alegraremos que ambos enfermos tengan cuanto antes un completo restablecimiento.
Por cierto, Hilarión Escobar no se restablecería de su enfermedad. Murió el día 27 de abril de ese mismo año (Sancho Panza, año XI, núm. 95, del 7 de julio de 1912). Y respecto a Fernando de Torres, lo encontramos unos meses antes entre los comensales en el banquete de Casimiro Penalva (véase más abajo).
Todo esto venía a cuento de la crónica rosa de corresponsal criptanense que encontramos en el número arriba citado del periódico El Pueblo Manchego, que dice así:
Hoy día 4 ha celebrado sus días el acaudalado propietario de esta villa don Casimiro Peñalva (sic), emparentado con las más linajudas familias de este pueblo por su esposa de (sic) Dª. Carmen Baillo y Salcedo, nieta del conde de las Cabezuelas.
Con tan grato motivo y para estrenar al (sic) magnífico, suntuoso y casi regio comedor construído en su casa se han sentado en la mesa de los Sres. Penalva-Baillo, los señores y señoras, Dª. Paz y Dª. Remedios Baillo, Dª. Emilia Pérez, Dª. Luisa y Dª. Julia Ruecas (sic, «Ruescas»), Dª. Isabel Treviño y Dª. Carmen y Dª. Angela Salcedo y los Sres. Cura Párroco, D. Fernándo (sic) Treviño, D. Proceso Fisón (sic, «Girón»), don Miguel Henriquez, D. Fernando Torres, D. Luis Peñalva (sic), D. Sinforiano y D. Alfonso Ruvias (sic, ¿»Ruescas»?), D. Florentino Isern, don Antonio Cenjón (sic, «Cenjor») y D. Juan José Perucho, quienes fueron espléndidamente obsequiados con ricos manjares sin faltar el oloroso habano, rico café y espumoso champang (sic).
A la hora de los postres hubo brindis muy elocuentes. En fin, una fiesta agradabilísima y muchos votos por la felicidad del señor que hoy celebraba sus días.
Recuerde el lector que las crónicas de este corresponsal criptanense suelen caracterizarse por la presencia de erratas. Y este artículo no desmerece.

Sandro Botticelli: «Historia de Nastagio degli Onesti». Escena cuarta (1483). Madrid, Museo del Prado
Según se dice en el texto, asistió también al banquete el párroco criptanense de aquel entonces. Debe de ser, sin duda, Ramón Cano Paños, aquel mismo que fallecería unos meses después, el 12 de octubre de ese año (véanse: Ramón Cano Paños, párroco de Campo de Criptana, R. I. P., † 1912; Los fastuosos funerales del párroco Ramón Cano Paños, Campo de Criptana, 1912; y Más sobre la defunción del párroco Ramón Cano Paños, Campo de Criptana, 1912). A Casimiro Penalva lo encontramos también como comensal en banquetes celebrados en 1911 y 1919 en honor al obispo, de visita en la localidad 1911, en 1919 (véanse: La ilustre visita episcopal, Campo de Criptana, 1911, VI: El banquete y los comensales; y Criptanenses ilustres: La escritora Micalea Peñaranda y Lima, V, Campo de Criptana, 1919, 1949).
JOSÉ MANUEL CAÑAS REÍLLO
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