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La toponimia campestre da para mucho, como ya hemos demostrado en este blog. Mucho hemos hablado de ella, de esos parajes del término criptanense de nombres extraños, incluso extravagantes, sonoros, poéticos y cantarines, místeriosos y místicos, insultantes y ofensivos… de todo hay, pero todos de orígenes oscuros e inescrutables en las profundidades del tiempo y en las nebulosas impenetrables de la tradición oral popular. Y, como ésta hunde sus raíces en la naturaleza misma y en el mundo del campo, vinculado a la tierra y a lo que en ella habita, abundan por eso en esta toponimia rural los nombres que evocan lo más agreste y silvestre, aquellos que no cesan de recordar con afán al ser humano que, por mucho que la modernidad haya cambiado su vida, él viene de donde viene, y eso no se puede cambiar ni ocultar. Hoy nos vamos a ocupar de algunos de esos topónimos relacionados con el mundo animal que están presentes en el término municipal criptanense.
Palomares
El viajero que llegue en tren desde Alcázar de San Juan a Campo de Criptana no tendrá que hacer más que mirar al sur en el kilómetro 154 de la línea férrea, pasado ya El Albardial, para encontrar un paraje llamado con este nombre, «Palomares». Más allá, a poco más de 1.871 metros, se encuentra la estación criptanense. Marcan los límites del paraje el ferrocarril, por el norte, y dos caminos, por el sur: el de Manzanares y el del Vegazo. En otros tiempos no muy lejanos miraba este paraje al norte de la vía férrea y veía campos, campos y más campos, campos fecundos, porque el casco urbano criptanense estaba entonces muy lejos, allá al norte. Hoy mira al norte este paraje y ve un polígono industrial. No resulta el paisaje tan poético ni tan bucólico como los campos, pero también es fecundo a su manera.
Sierra del Águila
Fue una gran sorpresa encontrar este topónimo, y fue doble, tanto por «sierra» como por «águila». Para el viajero y para el caminante puede no merecer este paraje el nombre de sierra, mirado así, friamente. Pero todo tiene su razón de ser. Para ser sierra a lo mejor basta ser colina, que es lo que encontramos en este caso, colinas de formas onduladas suaves, como mecidas por el viento. Al fin y al cabo: ¿quién pone los límites y dice que de tanta a tanta altura es sierra y de tanta a tanta altura es colina, o cerro o montaña? A lo mejor tiene su explicación el nombre de «sierra» en este caso, por el hecho de que en ella se encuentre uno de los puntos más elevados del término criptanense, con sus 770 ms. sobre el nivel del mar (coordenadas: Lon. 3º 8′ 20.09º W, y Lat. 39º 25′ 40.63 N.). Está situada esta sierra entre la CM 3105, aproximadamente a la altura del km. 2 y el Camino de Quero. Miraba hacia el sur y veía antaño, cual águila atisbando desde las alturas, las interminables llanuras manchegas; después la desgracia llegó en forma de vertedero público, en el lugar menos indicado, y en el menos discreto. Digamos, ya que hemos hablado de sus 770 ms. de altura, que el punto más elevado del término se encuentra en el paraje de la Sierra, cerca de los Pozos, al norte del lugar de La Veredilla (coordenadas: Lon. 3º 6′ 5.99 W, y Lat. 39º 24′ 44.33º N.). Alcanza los 780 ms. sobre el nivel del mar.
Dehesas del Puerco
Lo pongo en plural, «dehesas», porque ya en otra ocasión dijimos que había dos parajes en el término criptanense con el mismo nombre (véase: La Casa de la Huerta del Bajo, Campo de Criptana, 1890 – hoy). Uno está situado enfrente de la Sierra del Águila, al otro lado (es decir, al este) de la CM 3105. Es paraje de olivos, olivos y olivos, y más olivos. Es esa especialización agrícola que viene definida por la geografía criptanense: sierras para olivos, llanuras para viñedos. El otro se halla al noreste, a unos tres kilómetros de ésta, entre los caminos del Serrano y el de Campo de Criptana a El Toboso, dejando al oeste el paraje de la Huerta del Bajo y al sur el del Pozo del Tratante. Es por ello que quizá en este caso sería conveniente establecer una distinción toponímica necesaria: Dehesa del Puerco de Arriba para una y Dehesa del Puerco de Abajo para la otra, o del Norte para una y del Sur para la otra, o Septentrional y Meridional… hay tantas posibilidades. Se podría optar también por nombrarlas como Dehesa del Puerto 1 y Dehesa del Puerco 2, o Dehesa del Puerco A y Dehesa del Puerco B, pero queda menos bucólico y rural, y no parece muy apropiado para este caso.
Cañada de la Cabra
Tiene este nombre un paraje situado al norte de la laguna de Salicor, limitado al sur por la Senda de los Cantareros. Tiene la Cañada de la Cabra una casa con nombre, la Casa del Cacharra, y es una paradoja, porque al norte hay otra cañada que toma su nombre de ésta, pero en femenino: Cañada de la Cacharra. Son curiosas estas distinciones en el género que establece la toponimia. A poca distancia de este paraje, a poco más de un kilómetro se encuentra el punto en el que confluyen los límites administrativos de tres localidades y de dos provincias: Alcázar de San Juan y Campo de Criptana, en Ciudad Real, y Quero, en Toledo. Y, como cerrando la provincia de Ciudad Real por ese punto, hay un paraje que toma el simbólico nombre de La Cerrada, también en término criptanense.
Cerro Lobero
Palomas, puercos, águilas, cabras… y ahora lobos, que no podían faltar por estos lugares. Está el Cerro Lobero al este de Criptana, paraje de nombre misterioso, tanto como es el animal del que toma su nombre, que evoca por fuerza aquellos tiempos en los que hubo, sin duda, lobos por estas tierras. Y tenía que despertar este nombre en el caminante, por fuerza, algo de reparo, algo de miedo, sobre todo si el caminante se adentraba en esos lugares caída la noche. Se encuentra el Cerro Lobero a unos 1.584 metros al este de la CR-1101, a la altura de su km. 3. Está rodeado por parajes como el de El Villar al norte, el de La Losilla al sureste y el Chozo del Rey al sur. Y se llama «cerro» aunque no tiene excesivas alturas, más bien suaves ondulaciones que colinas, como es normal por estas tierras, donde ningún terreno sube ni ninguno baja en exceso como muestra de gran moderación y discreción geológicas muy propias de esta comarca. Está casi todo el terreno de este cerro a los 711 o 712 metros sobre el nivel del mar, y sólo en algún caso alcanza los 727.
El Cuervo
Y nos vamos ya con este paraje al sur, muy al sur, a tierras de paisajes muy diferentes, en plena llanura del Campo de San Juan, allí donde casi se mezclan las tierras de Alcázar de San Juan, de Campo de Criptana y de Tomelloso y sólo unos límites administrativos ponen orden en el caos indeterminado de la planicie. Está el paraje de El Cuervo muy cerca del Canal del Guadiana, siguiendo su cauce a 8.864 metros al sur de Alameda de Cervera. Está limitado por tres caminos: el de El Cuervo, el de Las Tinadas y el de los Hitos.
Aquí acaba este pequeño recorrido por la toponimia animal de Campo de Criptana. Seguiremos hablando de estos temas en el futuro, porque dan para mucho, y porque cuanto más profundiza uno en ellos más misterios y enigmas encuentra.
JOSÉ MANUEL CAÑAS REÍLLO