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Los epílogos son casi siempre tristes. Éste no lo va a ser tanto, aunque si va a tener añoranza y mucha, mucha curiosidad… Es una lástima, pero no he encontrado más noticias sobre aquel colegio de San Gregorio que en 1906 vino a instalarse a Campo de Criptana desde Daimiel de la mano de su fundador, Lorenzo Carrillo Muñoz. Es una lástima que no sepamos nada más de su funcionamiento, de cómo eran las clases, de quiénes fuesen sus alumnos, y de cómo transcurrían en sus aulas los minutos, las horas y los días. También el olvido, en este caso como en muchos otros, hace tabla rasa del pasado. Y como el tema no da para más, vamos a completar hoy lo dicho hasta ahora sobre este colegio con algunas noticias dispersas e inconexas sobre su fundador.
Comenzamos con la primera, que encontramos en un anuncio en el Boletín Oficial de la Provincia de Ciudad Real (= BOPCR desde ahora) del 31 de agosto de 1904. Es la solicitud que Lorenzo Carrillo dirigió a la dirección del Instituto General y Técnico de Ciudad Real el 27 de agosto de ese año para que se le autorizara a abrir un colegio de enseñanzas primaria y secundaria en Daimiel, en su casa, sita en la calle de la Estación, núm. 1. Encontramos también el catálogo de asignaturas que se impartirían. Básicamente son las mismas que las que se impartirían en el futuro colegio criptanense, aunque se incorporan la de «Ética y rudimentos de derecho», una «Historia natural» y otra de «Agricultura y técnica agrícola» que no estarían en el plan de estudios criptanense. Volvemos a encontrar en 1905 a Lorenzo Carrillo Muñoz citado en el BOPCR, en este caso del 18 de agosto de 1905 y en uno de los extractos de sesiones del ayuntamiento de Malagón, por habérsele encargado desde este ayuntamiento la Sagrada Cátedra en la función de San Pantaleón.
En 1906 trajo Lorenzo Carrillo el colegio a Criptana y aquí estuvo él avecindado, pero, curiosamente, en el verano de 1908 lo encontramos en Tomelloso. Según un acuerdo de la Junta Municipal de esta localidad que se publicó en el BOPCR del 12 de agosto de 1908 fue nombrado Director del Colegio de Segunda Enseñanza, probablemente el mismo del que se decía en la sesión del 7 de abril de esa misma Junta Municipal que se crearía en Tomelloso. Según esto, apenas dos años después de la fundación del Colegio de San Gregorio de Campo de Criptana su fundador había dejado de ser su director y ya no estaba en la localidad ¿quizá es que ya había cerrado la institución sus puertas? Habría tenido, si fue éste el caso, una existencia bien efímera. No lo sabemos. Y sin irnos de Tomelloso vemos que, en la sesión ordinaria de su ayuntamiento, del día 2 de febrero de 1910 (BOPCR del 15 de abril de ese año) se aprobó la escritura de traspaso del colegio municipal de 2ª enseñanza a favor de D. Francisco Iñesta por Lorenzo Carrillo Muñoz, y que unos días después se admitió tal traspaso (BOPCR del 14 de marzo de 1910). Recordemos que Iñesta figuraba también entre los profesores del colegio de San Gregorio Criptanense. Y otra nueva duda nos surge ahora: ¿Se trasladó el colegio desde Campo de Criptana a Tomelloso, y con él parte de su plantilla?
Y ya poco más sabemos de Lorenzo Carrillo Muñoz y de lo que fue de aquel Colegio de San Gregorio. Y lo que sabemos no tiene ya nada que ver con la enseñanza, sino con la hacienda pública, porque en 1913 encontramos a Carrillo Muñoz citado entre los morosos que tenían una deuda con la recaudación de impuestos de Campo de Criptana. Debía la cantidad de 24,94 ptas. y se dice que se desconocía su domicilio. Y las deudas no dejaron de perseguirle en los años siguientes. Vuelve a ser citado, otra vez, como deudor de la recaudación de hacienda criptanense en el BOPCR del 2 de abril de 1917, y la deuda había aumentado: era ya de 28,47 ptas. Años después, en 1919, lo encontramos en su Calzada de Calatrava natal, donde ya quizá debía de ser avecindado. En el BOPCR aparece designado como suplente de adjunto en la mesa electoral del distrito número 2 (San Sebastián) de aquella localidad. Pero, a pesar de eso y como el pasado no se puede borrar, seguía teniendo aún una deuda con la recaudación de impuestos de Campo de Criptana, tal y como se muestra en el BOPCR del 12 de noviembre de 1919. Debía entonces 1,54 ptas. Pero no se puede huir de Hacienda, igual que no se puede huir de la muerte: estaría dispuesta, si fuese necesario, hasta a cruzar la Estigia y exigir a Caronte la deuda acumulada por tantos y tantos milenios de cobrar a los muertos su moneda por la fúnebre travesía… Y Carrillo Muñoz, al parecer, no encontró la paz con el fisco durante años y años.
JOSÉ MANUEL CAÑAS REÍLLO
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