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Ya ha pasado sin novedad el día trece, día de mal fario, terror de triscaidecafóbicos, y pavor, en general, de supersticiosos varios. Hoy hablaremos de cosas consistoriales de Campo de Criptana, y dejamos, por ello, el lado más escabroso de este blog, y nos vamos al económico (surrealista a veces), porque veremos cuáles eran algunos de los gastos que tenía que afrontar el Ayuntamiento hace ciento tres años, es decir, en aquel lejano ya año de 1911. De ese año, recordemos, data ese plano de Campo de Criptana por Domingo Miras al que tantas veces hemos hecho referencia en este blog. Eran los tiempos del alcalde Hilarión Escobar (véase: Cuestiones consistoriales varias, Campo de Criptana 1910).
No había sesión del ayuntamiento criptanense, ordinaria o extraordinaria, en la que no tuviesen que tomarse decisiones sobre gastos. Y eso ocurrió también en la sesión ordinaria que celebró el consistorio criptanense un primaveral primero de mayo de 1911, tal y como se nos dice en el extracto que publica el Boletín Oficial de la Provincia de Ciudad Real, del 5 julio de ese mismo año. ¿Qué pagos acordó el consistorio? Pues los siguientes:
Impresos para elecciones
Se tuvieron que pagar 25 pesetas con 15 céntimos a Jerónimo Muñoz, que recordamos, tenía una imprenta, por los impresos de elecciones. Era Jerónimo Muñoz en 1916 director del periódico local Sancho Panza, y, como ya dijimos, acompañó junto a otros criptanenses al académico Antonio Blázquez en su expedición arqueológica a La Hidalga (véanse: Imprentas, impresores, libros y libreros en Campo de Criptana, II: 1925-1932; Una crónica de Campo de Criptana en 1916; En busca de Alces: La exploración del académico Antonio Blázquez, 1917; y Una vía romana en Campo de Criptana, según el académico Antonio Blázquez, 1917).
Análisis de un perro
Otras 25 pesetas con 15 pesetas se tuvieron que pagar a Feliciano León por el «análisis de un perro en el Instituto de Alfonso XII».
Cera para las Candelas
Y debía aún el ayuntamiento a aquellas alturas la cera que había suministrado Emilio Arinero para la función de Candelas. En concepto de ello, decidió el ayuntamiento pagarle las 40 pesetas que le correspondían.
Impresos y material de oficina
También impresos y material de oficina había suministrado Emilio Almendros, además de las doce listas electorales facilitadas a la Junta del Censo Electoral, y por ello se le pagaron 108 pesetas con 13 céntimos por el primer concepto, y 99’95 por el segundo.
Auxilio a los mozos
La cantidad más importante era la que tendría que cobrar Jacinto Cuadra: 248 pesetas con 80 céntimos «… por los socorros facilitados á los mozos del actual y anteriores reemplazos por asistir al juicio de exenciones ante la Comisión Mixta». Sobre Jacinto Cuadra, personaje polifacético que tuvo su floruit en los años finales del XIX y en los comienzos del XX ya hemos hablado muchas veces en este blog (véanse: Jacinto Cuadra, corresopnsal, comisionista y pluriempleado, Campo de Criptana, 1882-1903; y Jacinto Cuadra, político, viajero y alcalde, Campo de Criptana, 1909-1914).
Todo esto se decidió aquel día primero de mayo de 1911, día que, seguramente, fue esplendoro, suponemos, y soleado, como corresponde a todo día de primavera que se precie. A lo mejor alguno de los concejales que estaba en aquella sesión se medio adormiló en su sillón, mientras se debatía y se debatía en la sala, y se debatía él sin cesar entre el sueño y la vigilia… y mientras se decidían los destinos de Campo de Criptana. A lo mejor ese concejal pensó, por un momento, en lo bien que se estaría en el campo criptanense, ya a esas alturas del año cubierto de flores y de su manto verde, ese verde «Mancha» que suave inunda poco a poco la llanura. A lo mejor ese concejal no se enteró muy bien de qué iba la cosa y, entre cabezada y cabezada, dijo un profundo «sí» cuando en su sueño alguien le preguntaba… si quería casarse con… Misterios de las votaciones.
JOSÉ MANUEL CAÑAS REÍLLO
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