Etiquetas

, , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , ,

Francisco de Goya: El entierro de la sardina (1812-1819). Madrid, Real Academia de Bellas Artes de San Fernando

Francisco de Goya: El entierro de la sardina (1812-1819). Madrid, Real Academia de Bellas Artes de San Fernando

No tengo por costumbre sincronizar los artículos de este blog con el ritmo de la vida cotidiana, con el ciclo de las estaciones ni con las celebraciones o festividades, ya sean religiosas o puramente mundanas. Haré una excepción hoy, y nos iremos a finales del siglo XIX para dar algunos datos sobre el carnaval criptanense que, por supuesto, como podrás imaginar, atento lector, nada tiene que ver con el actual. Era aquel tiempo de los bailes de carnaval, bailes de sociedad, bailes de máscaras con orquesta en vivo y en directo y con música apropiada para la ocasión. Era aquel tiempo el de los carnavales de desenfreno, de ese último respiro que había antes de la llegada de Doña Cuaresma con sus penitencias. Era aquel tiempo el del carnaval de máscaras a base de los trapos de la abuela, de esas prendas desusadas que llevaban, quizá, años y años reposando el sueño de los justos en los baúles… ese carnaval que tanto y tan bien pintó José Gutiérrez Solana. Eran los tiempos de carnaval de braga en la cabeza, de sayas, de caretas y de finas (o menos finas) ironías amparadas tras la impunidad de la máscara. Era un tiempo en el que la música que alegraba aquellos bailes de máscaras se escuchaba donde se debía escuchar, en el baile, y no en varios kilómetros a la redonda, velis nolis.

Por aquel tiempo, se celebraban bailes de carnaval en el Pósito. Se cedía el local por concesión mediante subasta previa al mejor postor. Así, encontramos que en la sesión ordinaria del 12 de enero de 1891 el Ayuntamiento criptanense, tal y como se nos dice en el Boletín Oficial de la Provincia de Ciudad Real (16 de febrero de 1891), decidió:

Subastar el servicio de arriendo de la Panera alta del Pósito, para dar bailes de máscaras en el próximo Carnaval, bajo el tipo de 150 pesetas y pujas á la llana, cuyo acto se verificará el día 18 del corriente.

Pieter Brueghel el Viejo: Combate de don Carnal y doña Cuaresma (1559). Viena, Kunsthistorisches Museum, Gemaäldegalerie

Pieter Brueghel el Viejo: Combate de don Carnal y doña Cuaresma (1559). Viena, Kunsthistorisches Museum, Gemaäldegalerie

En la sesión ordinaria del día 19 se hizo saber que ya se había resuelto la subasta de la Panera del Pósito para la celebración de bailes de Carnaval. Se había adjudicado a Valeriano Beamud por la cantidad de 611 pesetas.

El año siguiente, 1892, encontramos que de nuevo el Pósito sería el lugar de celebración del baile de máscaras, pero, en este caso, la cesión fue gratuita tal y como se acordó en la sesión ordinaria del día 15 de febrero (Boletín Oficial de la Provincia de Ciudad Real, del 28 de marzo de 1892). Decía así el acuerdo:

Ceder gratuitamente á la banda de música que dirige el Sr. Pozo el salón alto del Pósito de esta villa para que lo use durante el próximo Carnaval, y á la dirigida por el Sr. Gómez para que lo utilice en el Carnaval de 1893 en iguales condiciones, quedando ambas obligadas á concurrir, sin remuneración y alternando, á cuantas fiestas cívico-religiosas asista la Corporación municipal.

Era, pues, un reparto justo para contentar a las dos orquestas. La cesión era gratuita, pero a cambio las orquestas debían cumplir con la condición que se expresa al final del acuerdo. Por supuesto, el Sr. Gómez no es otro que el conocido farmacéutico y músico Bernardo Gómez. El Sr. Pozo es, suponemos, Primitivo Pozo. Ambos dirigían sendas bandas de música (véanse sobre el primero: Bernardo Gómez: Músico, boticario, «sancho» azoriniano y criptanense ilustre, Campo de Criptana, 1889-1918; Una mazurca para piano de Bernardo Gómez, 1898; y sobre el segundo: Primitivo Pozo, músico y pobre, Campo de Criptana, 1876-1886, y Las fiestas del Cristo de Villajos, Campo de Criptana, 1886).

JOSÉ MANUEL CAÑAS REÍLLO