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Río Córcoles: Foto de José Manuel Cañas Reíllo (2014)

Río Córcoles: Foto de José Manuel Cañas Reíllo (2014)

Dejábamos ayer el Córcoles ya muy cerca de tierras criptanenses. Recorrimos su curso desde sus principios, desde su nacimiento mismo, allá en lo lejos, en tierras albaceteñas (véase: Crónicas del río Córcoles, II, Campo de Criptana 2014). Llegados ya a este punto, una cosa extraña ocurre con este río Córcoles, porque una vez cruzada la línea del ferrocarril se une a la llamada «Acequia de Socuéllamos» y el resultado de ambos cauces recibe este último nombre. Desaparece de los mapas entonces el nombre del Córcoles, nombre viejo, muy viejo, quizá de orígenes prerromanos, como los de tantos y tantos ríos y arroyos españoles. Es una pena, porque el nombre «Córcoles» tiene muchas evocaciones, y es nombre sonoro y melodioso, y suena a antigüedades lejanas, tiempos en los que La Mancha era tierra virgen y el agua de los ríos era limpia y cristalina, y corría alegre en busca del mar. El de este río, «Córcoles», es nombre que ha sobrevivido a la historia, a las culturas y a los pueblos que han pasado por aquí… y se han quedado.

Es para los mapas oficiales el nombre de este río «Acequia de Socuéllamos», pero para mí siempre será el Córcoles, río viejo, río manchego. Recuérdalo, lector, por mucho que parezca un arroyo grande, éste es y siempre será el río Córcoles. Demos a cada uno lo que es suyo. Los dos cauces, el del Córcoles y el de la Acequia, se fusionan en uno y atraviesan la frontera del término de Tomelloso, aproximadamente a un kilómetro y seiscientos metros al sur de ese pueblo fantasma que es la Estación de Río Záncara, ruinas que evocan viejas glorias del vino y del alcohol. Incluso champán se hizo allí en sus buenos tiempos.

El puente sobre el Córcoles: Foto de José Manuel Cañas Reíllo (2014)

El puente sobre el Córcoles: Foto de José Manuel Cañas Reíllo (2014)

Algo más de cinco kilómetros recorre el Córcoles en tierras tomelloseras y entra en término de Arenales de San Gregorio, y rodea este plácido pueblo por el norte, a unos mil trescientos metros aproximadamente de distancia. Siete puentes cruzan el Córcoles en tierras arenaleras, en otro tiempo criptanenses. Todos los caminos tienen su puente, y pasado el último el del Camino de la Romana, entra ya el río en término criptanense. Deja así detrás de sí 6.281 metros de recorrido en término arenalero. Y entonces vuelve a virar el río, hacia el sur y luego de nuevo a occidente. Creo que a este río le gusta serpentear; parece que se siente cómodo en la llanura y se hace el remolón. Y deja, ya en tierra criptanense, al norte la Casa de Perucho, y la de Alarcón, y al sur la Casa de Lara; y más allá al norte la Casa de Cuartos Caídos, y al sur la Casa de Martín y la Casa de los Cuartos.

Camino de Campo de Criptana a Argamasilla de Alba: Foto de José Manuel Cañas Reíllo (2014)

Camino de Campo de Criptana a Argamasilla de Alba: Foto de José Manuel Cañas Reíllo (2014)

Y por allí tiene su puente uno de los caminos históricos, el de Argamasilla de Alba a Campo de Criptana, que algunos kilómetros más al norte, justo en el Puente de San Benito, se convertirá en la CR-1223. También los caminos, como los seres humanos, buscan su promoción social. ¿Y qué mejor promoción para un camino que convertirse en carretera? Pero seamos sinceros; muy pocos lo consiguen. La mayoría serán siempre humildes caminos, y no pasarían de ser lo que son; eso sí: conservarán su identidad, orgullosos algunos quizá de ser lo que son han sido siempre, caminos, y de haber sido hollados por tantas y tantas generaciones. Y continúa hacia el occidente este Córcoles que ya no se llama en los mapas Córcoles, sino Acequia de Socuéllamos, y el Záncara desde el norte lo va vigilando muy de cerca. Sólo el paraje de la Casa de los Jardines los separa, pero por poco tiempo. Ambos ríos se van acercando el uno al otro, como buscándose, como disfrutando ambos tranquilos de la placidez de la llanura manchega… como amándose.

Junto al río Córcoles: Foto de José Manuel Cañas Reíllo (2014)

Junto al río Córcoles: Foto de José Manuel Cañas Reíllo (2014)

Y ambos abandonan ya el término de Criptana, muy cerca el uno del otro: el Záncara al norte, y el Córcoles al sur, y, entre ambos, una lengua de tierra de no más de noventa metros de anchura. Pero están predestinados a unirse, y lo harán, ya en término de Alcázar de San Juan, mil doscientos metros después de cruzar la frontera, en el paraje de La Vega. Entonces, ya, los dos mundos se unen ya en plena Mancha: el sureño de las sierras de Albacete y el norteño de las sierras de Cuenca. Ya serán los dos uno, que aunque se llamará Záncara a partir de entonces, tendrá mucho, mucho de Córcoles. La de estos ríos es una historia de amor trágico. Tanto tiempo esperando el encuentro para, al final, no poder gozar el uno del otro. Tan secos están… tan secos…

JOSÉ MANUEL CAÑAS REÍLLO

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