Etiquetas
Abd el-Krim, Alcalde, América, África, Bandera, campo de criptana, Carmen Vela, Conmemoración, Coro infantil, Corresponsal, Cristo de Villajos, Descubrimiento, Discurso, El Pueblo Manchego, Encarnación Miras, España, Estrecho, Evangelio de Lucas, Fiesta de la Raza, Francia, Gala benéfica, Guerra del Rif, Hijo pródigo, Historia, Iglesia, Infantil, Intervención, Juan José Sánchez, Juan Vicente Alarcón, Juguete Geométrico, Madre Patria, Marruecos, Mujer, Neftalí Castellanos, Parábola, Patri chica, Patria, Párroco, Pendón de Castilla, Periódico, Poesía, Rifeño, Símbolo Patrio, Segunda Guerra de Marruecos, Sociedad, Soldado, Teatro Cervantes, Tribu
Los actos del la «Fiesta de la Raza» de aquel 12 de octubre de 1921 siguieron sucediéndose y, conforme iba pasando el día, iba la conmemoración pasando a la historia e iba, seguramente, tomando nota de todo con cuidado el corresponsal criptanense que por aquellos años cubría la información de la localidad para el periódico El Pueblo Manchego. Y, como en otros muchos casos, casi ningún detalle le pasó inadvertido al corresponsal criptanense que, digámoslo, tenía no sólo el interés de informar sobre su pueblo sino también el de presumir de patria chica, y el de dar lustre a la imagen de su pueblo en el exterior.
Recordemos que la crónica sobre esta fiesta se publicó en el citado periódico, núm. del 14 de octubre de 1921. Como ya vimos en su momento, se abrió el acto en la escuela de niñas criptanense, habló el alcalde Juan Vicente Alarcón y hubo intervenciones infantiles, que no podían faltar en estos acontecimientos. Habló primero Encarnación Miras y luego les vino el turno a Neftalí Castellanos y a Carmen Vela. Hubo de todo, hasta poesía, e incluso una representación del Juguete Geométrico a cargo de un coro infantil, representación que, sin duda alguna, completa y da esplendor a cualquier acto que se precie (véanse: La «Fiesta de la Raza», Campo de Criptana, 1921, I: La crónica, el corresponsal y el discurso del alcalde; y La «Fiesta de la Raza», Campo de Criptana, II: Los discursos infantiles, las poesías y las figuras geométricas).
Y ya, como no podía ser de otra manera, le correspondía intervenir a la Iglesia, que no faltaba en ninguno de estos acontecimientos. Y lo hizo en su nombre el cura párroco criptanense, Juan José Sánchez, con un largo, interminable, discurso al que el corresponsal criptanense le dedica la parte del león de su crónica festiva. Y comenzó el párroco dejando claro su sentimiento patriótico aprovechando tal acontecimiento:
El Sr. Cura Párroco D. Juan José Sánchez, hizo el resúmen (sic) del acto, y comenzó diciendo que no sabía si al pasar al salón el emblema de la Patria, habrían sentido los asistentes, como él, apoderarse de su corazón un acendrado patriotismo; no sólo por el de hoy que se celebra el acto más grande que registra la Historia, el día gloriosa (sic) en que Colón pisando tierra americana ondeó el Pendón de Castilla y que a España cabe la honra de ser la madre del mundo que descubriera y cuya obra patrocinaron aquellos Reyes que se llamaron Católicos, sino también hoy que como entonces, las tropas españolas dando ejemplo de amor y patriotismo, luchan allende el estrecho por la Madre Patria y llevan triunfante el Símbolo Patrio, la bandera bicolor por la tierra africana.
Se refiere aquí, por supuesto, el párroco, cuando habla de las tropas españolas «allende el estrecho», a la entonces candente «Guerra del Rif» o «Segunda Guerra de Marruecos» que enfrentó a España y Francia con las tribus rifeñas. Poco antes de la celebración de la «Fiesta de la Raza», en julio de 1921, las tropas españolas sufrieron una gran derrota en el llamado «Desastre de Annual» además de la rebelión de Abd el-Krim. Los ánimos, por tanto, en España, no pasaban por su mejor momento. Como consecuencia de ello, por ejemplo, en Campo de Criptana se suspendieron aquel año las fiestas del Cristo de Villajos y el Teatro Cervantes fue escenario de una gala a beneficio de los soldados españoles en Marruecos (véase: Campo de Criptana y la Guerra de Marruecos: La gran gala benéfica y la suspensión de las fiestas del Cristo de Villajos, 1921). ¿A qué conclusión llega el párroco criptanense respecto a la situación de España en relación con América en aquel momento? A la siguiente, también según el periódico El Pueblo Manchego:
España, como madre que es de los Países Americanos, vé con tristeza el abandono en que le dejaron sus hijos, y estos como el hijo pródigo, vuelven los brazos a la que les vió nacer.

Hieronymus Bosch «El Bosco»: El hijo pródigo o El vendedor ambulante (ca. 1494). Rotterdam, Museo Boymans Van Beuningen
Lo dejamos aquí por hoy, pero queda aún mucho por decir sobre el discurso del párroco. Si en lo hasta ahora dicho perseguía elevar la moral patriótica de sus oyentes y de los asistentes al acto con alguna que otra referencia neotestamentaria como la parábola del hijo pródigo (Lucas 15, 11-32), en lo que sigue nos mostrará cuáles eran sus pensamientos sobre el papel de la mujer en la sociedad. No podía quedar sin respuesta la petición que la niña Encarnación Miras había hecho poco antes reivindicando la igualdad de educación para ambos sexos. Pero, como ya hemos dicho, continuaremos mañana con este tema.
JOSÉ MANUEL CAÑAS REÍLLO
Pingback: La “Fiesta de la Raza” (Campo de Criptana 1921) (IV): El largo e interminable discurso del párroco y sus opiniones sobre la enseñanza | Criptana en el tiempo