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Esas pequeñas cosas de la vida: Foto de José Manuel Cañas Reíllo (2014)

Esas pequeñas cosas de la vida: Foto de José Manuel Cañas Reíllo (2014)

Tiene la lotería, como juego de azar que es, comportamiento caprichoso y casquivano. Nunca se sabe por dónde nos va a salir, y, en esto, la lotería es como el destino, siempre imprevisible. A lo mejor la lotería es instrumento del destino y tiene tanto de inescrutable senda como éste y puede ser la suerte una gracia pero también una desgracia, nunca se sabe.

Toca la lotería donde menos se espera y no toca, sin embargo, allí donde es muy deseada. Es una más de las tantas ironías de la vida. En esto, como en otras muchas cosas, se agradece la sorpresa, pues ¿qué gracia y salero tendría una vida sin sorpresas? En el año 1897, en poco más de un mes, dos premios de lotería cayeron en Campo de Criptana; no eran los más grandes en cuantía, pero no estaban mal y, bien pensado, algo es algo. A nadie, supongo, le amarga un dulce. Así pues, he aquí los números que trajeron la suerte a Campo de Criptana con indicación de las fuentes de la que extraemos la información y datos adicionales en cada caso.

9.246

Cada nuevo día (Göttingen, Alemania): Foto de José Manuel Cañas Reíllo (2014)

Cada nuevo día (Göttingen, Alemania): Foto de José Manuel Cañas Reíllo (2014)

Fuentes: Diario Oficial de Avisos de Madrid, sábado 12 de junio de 1897, pág. 3; El Globo, núm. 7.973, del mismo día; El Noroeste, núm. 121. del mismo día.

El 9.246 fue uno de los siete números premiados con 6.000 pesetas en aquel sorteo del 11 de junio. Se vendió íntegramente en Campo de Criptana. Por delante hubo tres premios de más cuantía: el 1.137, con 300.000 pesetas, el 5.004, con 80.000 y el 2.708 con 40.000.

41.894

Fuentes: Diario Oficial de Avisos de Madrid, jueves 1 de julio de 1897, pág. 4; La Correspondencia de España, del mismo día.

El 41.894 es uno de los varios premios de 1.000 pesetas del sorteo del 30 de junio, siendo el mayor de 100.000 para el número 29.600. El 41.894 se vendió íntegramente en Campo de Criptana.

Otros premios de lotería habían caído en los años anteriores en Campo de Criptana. En 1861 tocó un modesto premio de 500 «duros» al número 1.589 y digo modesto porque el primer premio estaba dotado con la cantidad de 50.000 «duros» (véase: La suerte en Campo de Criptana: El premio de la Lotería Nacional en 1861). En 1885 cayó un tercer premio con el número 368 (véase: De nuevo la suerte en Campo de Criptana: el tercer premio de la Lotería Nacional, 1885).

El sol de cada día (Cuadro "Atardecer en verano"): Óleo de José Manuel Cañas Reíllo (2013)

El sol de cada día (Cuadro «Atardecer en verano»): Óleo de José Manuel Cañas Reíllo (2013)

El dinero nunca trae la felicidad, aunque, eso sí, a lo mejor ayuda un poco. Tampoco el dinero trae inteligencia ni saber, y en esto no ayuda nada, porque de donde no hay nada se puede sacar. El dinero no lo compra todo, aunque a veces parezca que sí e induzca al engaño, y siempre haya alguien con poco seso dispuesto a dejarse seducir y a pensar que con dinero todo el monte es orégano, y que el dinero es panacea o bálsamo de Fierabrás. El desengaño llega antes, o llega después… pero siempre llega y al final queda claro qué es lo único realmente importante en la vida. La vida misma es, suponemos, el mayor premio… ver el sol cada nuevo día.

JOSÉ MANUEL CAÑAS REÍLLO