Etiquetas
Alces, Alhambra, Antonio Blázquez y Delgado Aguilera, arroyo, Ávila, Ídolo, Bosques, Caballero de la Triste Figura, Cayetano González, Cerámica, Certima, Cervantes, Claudio Sánchez Albornoz, Encina, Epoca republicana, Ibérico, Idolillo ibérico, Indígena, José Joaquín Sánchez Villacañas, José Joaquín Villacañas y García, José Ramón Mélida, La Hidalga, Laminio, Milla, Molinos, Moneda, Roma, Sempronio Graco, Sierra, Tomillo, Vías romanas, Villajos
Partíamos de La Hidalga hace unos días. Escribíamos unas notas sueltas y dispersas sobre este paraje. Saltamos de él al idolillo ibérico, del idolillo ibérico a quien fue su poseedor a finales del siglo XX, el médico criptanense José Joaquín Sánchez Villacañas o, con una variación antroponímica, José Joaquín Villacañas y García (pues casi estamos convencidos de que tras esta variación en los apellidos se esconde la misma persona). Y de José Joaquín Sánchez Villacañas volvíamos de nuevo al idolillo ibérico. Hora, es pues, de que volvamos a La Hidalga, al origen, al comienzo de todo este periplo arqueológico que no sabemos si habrá aclarado mucho al lector sobre la historia y las historias de unos tiempos tan, tan lejanos, que Campo de Criptana, como tal, no era ni un proyecto, ni un concepto, y donde hoy está su lugar había tierras vírgenes, dominios de bosques de encina y tomillos, y quizá arroyos de aguas limpias, puras y cristalinas que descendían juguetones regateando entre las piedras desde sus sierras… mucho, mucho antes de que allí hubiese molinos, y mucho antes, incluso, que Cervantes imaginara las aventuras del Caballero de la Triste Figura. Eran los tiempos en que por estas tierras se hablaba la lengua ibérica, los tiempos en que un nombre extraño y amenazante empezaba a resonar por estos lares: Roma.
Volvemos a la Hidalga, porque parece según algunos datos que fue allí donde se halló el idolillo ibérico del doctor Sánchez Villacañas. Como no podía ser de otra manera nos vamos a basar en el testimonio del arqueólogo que mejor conocía a finales del XIX y comienzos del XX estas tierras: Antonio Blázquez y Delgado Aguilera. En efecto, Blázquez nos dice en 1917 que el idolillo procede de La Hidalga, pero no fue siempre ésta su opinión; a finales del XIX nos señala que su lugar de procedencia era Villajos. Veamos las dos posibilidades.
Villajos (1898)
De este paraje criptanense nos dice Antonio Blázquez que procedía el idolillo en su obra Historia de la Provincia de Ciudad Real (Ávila: Tipografía de Cayetano González Hernández, 1898, vol. 1), pág. 43, nota 1:
Mi sabio amigo D. José Ramón Mélida ha publicado un interesante estudio acerca de estos ídolos ibéricos [en general] y de otro encontrado en Villajos (Criptana), en la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, 1897.
Más adelante, en la pág. 84, cuando Blázquez trata sobre Certima, vuelve a repetirse esta afirmación:
Pero Certima debió estar en Villajos al N. de Criptana, donde existen importantes vestigios de población y fortaleza de aquella época y se han encontrado monedas y objetos, y entre ellos un ídolo muy interesante.
Y en la nota a pie de página encontramos de nuevo otra referencia al ídolo:
Del ídolo procedente de Villajos se ha ocupado el entendido señor D. José Ramón Mélida en su artículo.
Es decir, en 1898, un año después de que José Ramón Mélida publicase en la Revista de Archivos Bibliotecas y Museos su estudio sobre el idolillo ibérico, Blázquez apunta a Villajos como su lugar de origen.
La Hidalga (1917)
Pocos años después, en 1917, Antonio Blázquez sitúa el origen del idolillo en La Hidalga. Recurramos para ello al folleto que este arqueólogo firma junto a Claudio Sánchez Albornoz titulado Vías romanas del Valle del Duero y Castilla La Nueva. Memoria de los resultados obtenidos en las exploraciones y excavaciones practicadas en el año 1916 (Junta Superior de Excavaciones y Antigüedades, núm. 2, Madrid 1917). En la pág. 29 se enumeran algunos de los hallazgos ocurridos en el paraje de La Hidalga:
… en la finca denominada La Hidalga, un cerro de escasa elevación alargado en el sentido de Este a Oeste, en cuya parte superior se divisan varios cimientos en líneas casi rectas de bastante longitud, como si correspondieran a toscas alineaciones de calles de un pueblo destruído.
Se habrían encontrado en las laderas monedas y objetos romanos e ibéricos. Había cerámica, muy tosca, negra y roja, también pintada, en algunos casos similar a la de Numancia; también monedas romanas de época republicana y algunas ibéricas. Y lo que aquí nos interesa:
… un ídolo ibérico, publicado por el señor Mélida en la Revista de Archivos, procede también de este lugar, y es una de las obras más notables del arte ibérico.
No hay duda para Blázquez: En la Hidalga habría estado Alces:
(pág. 29):
Midiendo en mapas exactos la longitud del camino desde Alhambra hasta este lugar de La Hidalga, resulta ser la longitud de 67 kilómetros, que corresponden exactamente a las 40 millas que distaba Alce de Laminio.
(pág. 30):
No cabe, por consiguiente, dudar de que las ruinas de La Hidalga corresponden a Alces, ciudad que fué sitiada por Sempronio Graco el año 180 antes de la Era Cristiana, siendo en aquellos tiempos una ciudad indígena importante.
Posiblemente tenemos que quedarnos con esta segunda posibilidad, es decir, que el idolillo ibérico procede de La Hidalga, aunque no podemos evitar que nuestra opinión quede sumergida en la incertidumbre. Así pues: ¿Villajos o La Hidalga? Juzgue el lector y decida, puesto que no hay, al parecer, más datos que inclinen la balanza hacia uno u otro lado. En todo caso, no acaba aquí la cuestión. Mañana seguiremos hablando del idolillo ibérico, de arqueologías criptanenses y de cuestiones similares.
JOSÉ MANUEL CAÑAS REÍLLO