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Robos de cobre hay hoy y ha habido siempre. No son algo nuevo. Nos vamos a los años de la postguerra, en particular al 1947, para encontrar un caso de los ocurridos en el pasado.

La línea: Foto de José Manuel Cañas Reíllo (2014)

La línea: Foto de José Manuel Cañas Reíllo (2014)

Encontramos la información en un anuncio que publica el Juzgado Militar Permanente de Ciudad Real en el Boletín Oficial de la Provincia de Ciudad Real del 10 de marzo de ese mismo año. Obsérvese, que es un asunto de interés militar, porque un robo así afectaba a infraestructuras estratégicas, en este caso el telégrafo. Manda, por tanto, publicar el anuncio el «juez militar permanente de la Plaza y Provincia de Ciudad Real», a la sazón el comandante de artillería Eutimio Rodríguez Espinosa. Y dice así el texto del anuncio:

Por el presente cito, llamo y emplazo, al autor o autores de la sustracción de unos cien metros de hilo de cobre de tres milímetros, del conductor 77 de la línea telegráfica del Estado, que sigue el ferrocarril de Alcázar de San Juan a Campo de Criptana, en el kilómetro 150,7, hecho ocurrido el día 9 de febrero último, para que en el término de ocho días, contados desde el siguiente al en que esta requisitoria se inserte en el BOLETIN OFICIAL de la provincia, comparezcan ante Juzgado, apercibidos que de no verificarlo serán declarados rebeldes y les parará el perjuicio a que hubiere lugar.

De cables, hilos y más cosas: Foto de José Manuel Cañas Reíllo (2014)

De cables, hilos y más cosas: Foto de José Manuel Cañas Reíllo (2014)

No debía de estar muy seguro el comandante de que los ladrones fueran a presentarse por su cuenta. Eso nunca pasa. Y por ello, completó su anuncio con una orden de búsqueda y captura de los autores del delito:

Al propio tiempo ruego y encargo a todas las autoridades tanto civiles como militares, la busca y captura de los autores de los hechos y caso de ser habidos los pongan a mi disposición a resulta de la causa que por los hechos instruyo.

El anuncio está fechado en Ciudad Real, el 4 de marzo de 1947, y está firmado por el juez militar citado y por el secretario, Ángel Murillo. No sabemos si serían o no los culpables capturados, si caería sobre ellos todo el peso de la ley.

Para finalizar no podemos más que evocar a aquel libro tan sabio, tan válido en el pasado y tan válido hoy, y seguramente válido también en el futuro: El Eclesiastés. En 1,9 nos dice:

Lo que fue, eso será; y lo que se hizo, eso se hará. No hay nada nuevo bajo el sol.

El robo de cobre… tampoco.

JOSÉ MANUEL CAÑAS REÍLLO