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Flores y plantas aromáticas (Vista parcial del cuadro «Cercanías de Ruidera»): José Manuel Cañas Reíllo (2011)
Después de estos nueve días de intensa historia de ficción dedicados a la publicación de la novela Abismo de sangre de Vicente Martínez-Santos Ysern, volvemos hoy al Campo de Criptana real, a sus pequeñas historias. Tan pequeñas son que hoy van de niños y, en particular, de un concurso infantil de dibujo y pintura. ¿Qué mejor medio de hacer publicidad de un producto que promover un concurso de pintura o literario? ¿Qué mejor medio de vender a las mentes adultas un producto sino con el tierno dibujo de un infante?
Un ejemplo lo tenemos en el periódico ABC del 16 de mayo de 1916. Publica a página completa siete de los dibujos que iban llegando al «Concurso infantil de la Perfumería Floralia». Debajo, en el pie de página se publicaban los nombres de sus pequeños autores; en el número 10 encontramos a un criptanense. Era Antonio Miras Azor, con residencia en la calle Lerino, núm. 1, en Campo de Criptana. Recordamos que la calle Lerino es la actual Pío XII (véase: El «monopoli» criptanense, Campo de Criptana 1900. XXI. La calle de Lerino).
Según dice ABC se habían presentado al concurso 41.604 originales. Los nombres de los agraciados se publicarían el día 1 de junio en el periódico. ¿Cómo era el dibujo del pequeño Antonio? Lo describiremos a continuación.
Encontramos lo que parece ser un paisaje de la Creación, quizá un Edén. A la izquierda aparece un personaje de perfil, un hombre que parece ser Adán, con algunos animales a su izquierda, quizá un cerdo y al lado lo que parece un lobo o un perro, o quizá un caballo, si tenemos en cuenta la perspectiva. Un horizonte divide el espacio, y en el cielo se ve una figura que, sin duda, representa a Dios, con su triángulo brillante sobre la cabeza y rodeado de nubes. A la derecha un sol entre sonriente y asombrado mira la escena, mira a Adán, y en el fondo el campo de flores. Así era el dibujo de Antonio Miras.
La Perfumería Floralia, patrocinadora del concurso, existió como tal hasta el año 2006. Tenía su domicilio social en La Garena, aunque anteriormente radicaba en Madrid. Estaba dedicada a la fabricación de aceites esenciales, perfumes y cosméticos. En los años diez del siglo XX ocupaba un edificio obra del célebre arquitecto Amós Salvador Carreras (1879-1963).
No sabemos si Antonio Miras Azor ganó el concurso o no. En todo caso, si no ganó el premio, sí quedó su dibujo ahí, publicado en ABC… para siempre, como testimonio de lo que un niño, allá por 1916, dibujó quizá una tarde de primavera ya apuntando el verano, a la vuelta del colegio, tarde brillante, tarde floreada, cuando en Criptana las tardes de primavera eran doradas y luminosas, aquellas que sólo de niños se pueden ver y se pueden percibir, sólo cuando se sabe que se tiene todo el tiempo por delante, todo…
JOSÉ MANUEL CAÑAS REÍLLO
Después de varios días tenebrosos nada mejor que esta ingenua originalidad infantil, supongo rebosante de colorido. Muy buena idea, señor Cañas.