Etiquetas

, , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , ,

Busco carpintero... y de paso albañil: Foto de José Manuel Cañas Reíllo (2014)

Busco carpintero… y de paso albañil: Foto de José Manuel Cañas Reíllo (2014)

Como hemos ido viendo en los últimos días, Campo de Criptana en 1905 tenía casi de todo. Era, por así decirlo, autosuficiente. Hacíamos ayer referencia al paso de Azorín en marzo de aquel año por Campo de Criptana. Supongamos que, por ejemplo, hubiese tenido alguna queja por la calidad de su alojamiento en la fonda, que el servicio no hubiese sido el deseado, que la habitación no cumpliese los requisitos mínimos de confortabilidad. No era ningún problema; tenía abogados en Campo de Criptana a los que acudir para demandar a los propietarios de la fonda, y no uno o dos abogados, sino varios, tantos como para demandar, si hacía falta a toda la provincia… ¿qué digo? ¿a la provincia? Por lo menos al país entero… que no es poco. Que encontró un pelo en la sopa…, pues demanda. Que quería Azorín acompañar su comida de un vino de la localidad. ¡Ningún problema! Tenía a mano bodegas que comercializarían el vino en Campo de Criptana y no una ni dos… sino muchas. Carne no necesitaría comprar; suponemos que, si hubo que culminar alguna caldereta de cordero en la excursión al santuario del Cristo de Villajos con los «sanchos» criptanenses, ya se procurarían la carne alguno de éstos en las carnicerías criptanenses de la época, o «carnecerías» como se diría entonces, negocio casi exclusivamente patrimonio en aquel tiempo de los «Muñoz».

De todo… tenía Criptana, como veníamos diciendo. Pero hay más, y para seguir descubriendo nuevas actividades económicas en la localidad nos vamos al directorio provincial Guía consultor è indicador de Ciudad Real y su provincia, Ciudad Real: Tipografía de Scres. de J. M. Ruíz-Morote (1905), pág. 146. Veremos hoy quiénes se dedicaban a la carpintería, a la carretería, quién era propietario de una casa de huéspedes y los dos casinos que entonces había en Campo de Criptana:

Se busca carretero: Foto de José Manuel Cañas Reíllo (2013)

Se busca carretero: Foto de José Manuel Cañas Reíllo (2013)

Carpinterías: Basilio García, Blas Utrilla, Cecilio Bustamante, José Porresco (sic, quizá «Porrero») Manzanero, Manuel Casarrubios, Nicomedes Madrid, Pedro Bustamante é hijos, Rubustiano (sic, por «Robustiano») Madrid, Vicente Quiñones.

Carreterías: Ambrosio Navarro, Cesáreo Calonge, Isidoro Escribano, Julián Nieto, Julián Lara, Venancio Casero Delgado.

Casa de huéspedes: Víctor Gómez.

Casinos: «La Concordia», «El Primitivo».

Compárese este listado de carpinterías de 1905 con otro de 1918 al que hicimos referencia en otra ocasión. Quedarán claras entonces las dos enmiendas a erratas que hemos introducido, una con «Porresco» en lugar de «Porrero», y otra con «Rubustiano» en lugar de «Robustiano». Dos «Robustianos», los dos capinteros, había en 1918: Robustiano Galindo y Robustiano Madrid (véase: Gremios de la construcción y afines, sagas… y los dos Robustianos, Campo de Criptana 1918). Dos «Bustamantes» aparecen en 1918 entre los carpinteros, Francisco Bustamante y Luis Bustamante. Nos preguntamos si no serán éstos los «hijos » de Pedro Bustamante a los que hace referencia en 1905. No lo podemos corroborar.

Los casinos: Vista parcial del plano de Campo de Criptana por Domingo Miras (1911)

Los casinos: Vista parcial del plano de Campo de Criptana por Domingo Miras (1911)

Respecto a dos de los citados en 1905, Basilio García y Vicente Quiñones, incluidos aquí entre los carpinteros, el Anuario Riera de 1904 (pág. 1381) los incluye en el capítulo de «Ebanisterías». Este mismo Anuario de 1904 no tiene un capítulo de «Casinos», sino que remite en su lugar a «Sociedades», en las que aparecen cuatro: «Beethoven», Sociedad Musical; Casino «La Concordia»; «Casino Primitivo» y «La Caritativa». Tampoco hay capítulo «Casas de huéspedes» en el Anuario de 1904 ni encontramos el nombre de su propietario de 1905 en otras actividades.

Esto es una prueba más de que la aparición de unos nombres u otros en ambos directorios, el provincial y el Anuario Riera, no implica que esos negocios existieran o no, sino que solo quienes habían pagado tenían su espacio publicitario y pasaban, así como quien no quiere la cosa, a la posteridad. Es, una prueba más, de la importancia de la publicidad, que es casi eterna.

JOSÉ MANUEL CAÑAS REÍLLO