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Ardilla, Árbol, Caas de los Sastres, Camino de Argamasilla e Alba a El Toboso, Camino de Enmedio de Campo de Criptana a Pedro Muñoz, Camino de los Sastres, campo de criptana, Casa de Castilla, Casa de D. Ramón Baíllo, Casa de los Frailes, Casa de los Sastres, Dilema, El Resillo, La Eruela, La Mancha, Monte, Noria, Pedro Muñoz, Península Ibérica, Toponimia
En el momento de escribir este artículo de hoy, me encuentro ante un dilema. ¿Lo escribo o vuelvo a publicar el de ayer? Te preguntarás, lector, a qué viene esta duda y si hay una razón con fundamento para planteármela, o es una cuestión baladí que no va ni viene a ninguna parte. Me temo que, tan ocupada como estaba ayer en sus finos análisis políticos parte de la vox populi criptanense, pasó desapercibido el escrito sobre la Casa de los Sastres, y sobre el paraje de la Casa de los Sastres, y sobre el Camino de los Sastres, y tuvo éste menos lectores que el Padrenuestro copiado en una lenteja. Sólo unos cuantos lectores, los fieles más fieles a este blog, le dedicaron un momento.
Soy consciente de que estos temas de toponimia de los que estamos hablando no son lo más interesante del mundo ni pueden despertar tales pasiones, y que no se puede competir con la actualidad política, pero produce, no lo podemos negar, cierta desazón y amargura de espíritu que pasara tal escrito tan, tan desapercibido, como la sombra de una aguja en la niebla.
Pero la vida sigue. Escribiremos un nuevo artículo. Y ya que estábamos ayer por esas tierras de la Casa de los Sastres no nos iremos hoy muy lejos. Nos ahorraremos, lector, darte detalles sobre cómo llegar a este nuevo paraje de hoy, porque está al norte del de ayer, no mucho. Mira, pues, lo que escribimos en los días anteriores, y allí encontrarás el itinerario justo para llegar al paraje de la Casa de los Frailes, teniendo en cuenta aquí que el de «fraile» también se puede considerar oficio u ocupación.

En lo profundo (Vista parcial del cuadro «Susurros del bosque»): Técnica mixta por José Manuel Cañas Reíllo (1996)
Tiene de particular este paraje que es uno de los pocos del término criptanense que conserva el paisaje primigenio de bosque de encinas que, quizá, en otros tiempos cubrió todas las tierras manchegas. Siempre he dicho que es como un pequeño paraíso, que contemplándolo podemos imaginar cómo fuese La Mancha en otros tiempos, aquéllos, quizá, en que una ardilla podía cruzar la Península Ibérica de árbol en árbol, o aquéllos quizá, en que en una profunda fragua del último rincón del bosque una espada llamada Nothung era templada sin cesar… hasta que fuera digna de Siegfried.
Se extiende este paraje por el territorio situado entre el camino de Argamasilla de Alba a El Toboso y el límite con Pedro Muñoz, de este a oeste, con una longitud de unos dos kilómetros con trescientos metros, y de norte a sur, desde el Camino de Enmedio de Campo de Criptana a Pedro Muñoz al norte hasta el camino de Campo de Criptana al sur, poco más de un kilómetro de longitud. Si me preguntas por los límites, tendremos que repetir lo dicho hasta ahora. No los hay, o al menos no los hay que estén bien definidos. El Camino de Enmedio antes citado puede ser el límite norte, el de Argamasilla a El Toboso el límite oeste, al sur el paraje de El Resillo (¿o El Rasillo?) y al este el de La Eruela, ya entre Campo de Criptana y Pedro Muñoz. Muy cerca, a unos quinientos metros al norte del Camino de Enmedio podrás encontrar la Casa de Castilla, o lo que va quedando de ella, sólo un fantasma de esplendores pasados.
No aparecen en los mapas modernos algunos de los datos que siguen, pero en la 1ª edición del Mapa del Instituto Geográfico Nacional (Iberpix), encontramos ciertos datos de interés, como las dos casas más representativas del paraje: La de D. Ramón Baíllo y la de los Frailes. Y además se señalan dos norias, artilugio común en otros tiempos que hoy ya ha desaparecido casi completamente de estas tierras.
JJOSÉ MANUEL CAÑAS REÍLLO