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Pocos topónimos gremiales van quedando ya con los que alimentar esta serie. Hoy nos ocuparemos del Pozo del Tratante, para encontrar el cual tenemos que irnos hacia las tierras norteñas del término criptanense, tomando una dirección que bien nos podría llevar tanto a El Toboso como a Miguel Esteban. Estamos, pues, en parajes de sierras, de pequeños valles, de caminos que serpentean entre las ondulaciones del terreno, en tierras de olivos y de alguna que otra viña, y de algún que otro árbol por aquí y por allí.

Tomando el Camino de El Toboso: Foto de José Manuel Cañas Reíllo (2015)

Tomando el Camino de El Toboso: Foto de José Manuel Cañas Reíllo (2015)

Para llegar al Pozo del Tratante, lector, puedes tomar dos caminos, precisamente los dos que sirven de límite al paraje: por el oeste y noroeste, el camino de Campo de Criptana a El Toboso; por el sureste y este, el camino de la Laguna.

Por el primero, llegarás al paraje una vez recorridos unos tres kilómetros desde el pie de los molinos, lugar que quizá, poniéndonos muy cervantinos y qujotescos, tendríamos que considerar como punto de referencia en la medición de las distancias en estas tierras. En España se miden desde la Puerta del Sol y en Campo de Criptana yo las mido desde el pie de los molinos. Por el segundo camino la distancia será más o menos la misma, poco más de tres kilómetros hasta el Corral del Sabino. Te daría igual elegir uno u otro, pero el segundo tiene quizá paisaje más variado y rico, y quizá también más misterioso, por el enigma que le proporciona su transcurrir cerca de la mítica Cueva de la Laguna, arcano de los arcanos criptanenses, fuente de leyendas oscuras e impenetrables, quizá de tesoros ocultos, quizá de algún que otro duende que vigilante durante siglos vela su oro… que a lo mejor un poco de todo hay. El misterio se percibe en cada rincón de ese camino; se piensa observado el caminante cuando lo recorre en la quietud del atardecer. Parece que, incluso, las colinas tengan ojos, parece que, incluso, ni los pájaros se atreven a cantar.

Es difícil poner unos límites geográficos al paraje. Daremos los nombres de los lugares circundantes, y esto servirá como aproximación teniendo en cuenta que los dos caminos citados pueden ser puntos de referencia más o menos seguros. Al este: la Casa de la Huerta del Bajo, Balcón de Pilatos y La Veredilla; al norte: Dehesa del Puerco y Miradores; al este: Corral del Sabino y La Laguna.

Por las sierras de Criptana: Foto de José Manuel Cañas Reíllo (2015)

Por las sierras de Criptana: Foto de José Manuel Cañas Reíllo (2015)

Es ésta del Pozo del Tratante tierra escarpada, de sierras como hemos dicho. Uno de los puntos más elevados sobre el nivel del mar de Criptana se encuentra al norte de este paraje, es la cima de Miradores, de 767 metros sobre el nivel. Téngase en cuenta que aquí el uso de «cima» tiene un valor relativo y no absoluto. Sin embargo, en el centro del Pozo del Tratante hay una depresión, con tierras situadas a 720/730 metros sobre el nivel del mar, rodeada en semicírculo por alturas que alcanzan los 756.

Quién fuese el «tratante» por el que recibiese el nombre, no lo podemos decir. Un «tratante» es, según el DRAE quien se dedica «a comprar géneros para revenderlos». Pero, si vamos a ediciones anteriores del Diccionario de la Lengua, como la de 1739, encontramos en este negocio una especialización del que está dedicado a comprar «por mayor géneros comestibles, para venderlos por menor» (pág. 343). Esta acepción será la que encontramos en épocas posteriores, aunque ya en las ediciones del Dicccionario de comienzos del siglo XX encontramos la actual del DRAE, sin especialización la venta.

Lo confesamos: desconocemos quién fuese el tratante que dio nombre a este lugar. Y lo reconocemos: no lo hemos buscado, puesto que no era éste el momento ni la ocasión. Será una cuestión para el futuro.

JOSÉ MANUEL CAÑAS REÍLLO