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Es la viticultura, según nos dice el DRAE, el «Cultivo de la vid», o el «Arte de cultivar las vides», que en el fondo viene a ser lo mismo, pues no viene el término sino de la fusión de dos palabras latinas, vitis, «vid» o «viña», y cultura, «agricultura», » cultivo».
Esta cultura (cultivo de la tierra) de la vid es, ha sido y será una constante en la sociedad, economía y cultura (cultivo de la mente) de Campo de Criptana, tanto que no podríamos concebir su paisaje sin sus extensiones interminables de viñedos… ésas a las que tan aficionados somos en llamar «mares» en este blog, porque mares son al fin y al cabo. No es solo mar la masa acuática inmensa que rodea por todas partes a una isla y por todas partes menos por una a una península; hay también mares de viñedos, como los de La Mancha, y de vez en cuando nos asalta, como quien no quiere la cosa, otro mar que no es sino el de las dudas.
Tiene la viticultura sus técnicas y secretos, tantos y tan profundos que diríanse dignos de iniciados en su arte. Por ello, allá por 1949 el Servicio de Capacitación del Ministerio de Agricultura fomentó la celebración de cursos de viticultura en diversos lugares de Ciudad Real, entre los cuales se contaban Herencia y Campo de Criptana. Encontramos la noticia publicada en el Boletín Oficial del Estado del 4 de abril de ese año. Se daba con ello cumplimiento a la orden ministerial de 15 de marzo de 1949 para la celebración de este tipo de cursillos.
Según nos dice la orden, se encomendaba la celebración de estos cursos a la Estación de Viticultura y Enología de Valdepeñas. El Ministerio de Agricultura contribuiría con una aportación de 8.761,20 pesetas. Siguen en la nota, como suele ser usual en este tipo de comunicaciones oficiales, el resto de disposiciones que completan la orden, como a quién correspondía la aprobación de los programas con indicación expresa del profesorado, fecha y lugar de celebración del cursillo y la obligación de presentar una memoria de su celebración al finalizar.
El anuncio acaba con el «Dios guarde a V. I. muchos años» usual en estos casos, y está firmado en Madrid, el 15 de marzo de 1949, «por delegación», por E. Lamo de Espinosa.
Como el que escribe es profano en estas cuestiones sobre viticultura (y sobre agricultura en general), ha procurado tocar este tema de soslayo para no incurrir en incorrecciones técnicas o en llamativas meteduras de pata. Por eso aquí lo dejamos por hoy… por si acaso.
JOSÉ MANUEL CAÑAS REÍLLO
sigue a ver si puedes encontrar algo a ver que enseñaban del cultivo de la vid
Lo buscaré.