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Cuando se acerca la tormenta: Foto de José Manuel Cañas Reíllo (2015)

Cuando se acerca la tormenta: Foto de José Manuel Cañas Reíllo (2015)

No hay nada como ser previsor…, por si acaso. En estas cosas del campo y de la agricultura no se puede fiar uno, porque, aunque la naturaleza sigue su curso y la siembra da su grano y verdean cada primavera los viñedos y maduran su fruto para el final del verano, también a veces la naturaleza misma se encabrita, y viene una helada a destiempo o una tormenta en verano descarga pedrisco, y en un instante todo se echa a perder. Es por ello que son antiguos los seguros agrícolas y que ya, hace cien años, recurrían los agricultores a ellos… por si acaso, por si en un momento se echaba a perder todo el esfuerzo y trabajo de meses y meses, por si la naturaleza desataba toda su furia, por si venían las cosas mal dadas y en cuestión de minutos acechaba la ruina… por si un ejército de conejos acechaba para devorar la cosecha y todo lo que encontrase.

Entre el pedrisco: Foto de José Manuel Cañas Reíllo (2015)

Entre el pedrisco: Foto de José Manuel Cañas Reíllo (2015)

¿Quién aseguraba cosechas y también ganado en Campo de Criptana hace cien años? Pues la Agrícola Española (S.A.) ¿Quién iba a ser si no? Allá por 1922 encontramos en El Diario de Albacete un anuncio de esta compañía de seguros, por ejemplo, en el núm. 12807, del 15 de mayo de ese año.

Según reza en el anuncio, la Agrícola Española (S.A.) era «de Seguros reunidos à cotización fija graduada» y estaba autorizada por R. O. de 5 de abril de 1911. A continuación se especifica a qué tipo de seguros se dedicaba:

Opera en los ramos siguientes:
– Seguros de cosechas contra el pedrisco.
– Seguros contra el robo, hurto y extravío de ganado.

O en una nevada a destiempo (Cuadro "Nieve en Tübingen"): Óleo de José Manuel Cañas Reíllo (2005)

O en una nevada a destiempo (Cuadro «Nieve en Tübingen»): Óleo de José Manuel Cañas Reíllo (2005)

Tenía la compañía su domicilio social en Barcelona, en la Rambla de San José 32. Su capital suscrito ascendía a 1.000.000 de pesetas, y su «capital desenvolsado (sic)» a 550.00 pesetas. Hasta el 31 de Diciembre de 1921 había hecho frente a siniestros por un valor de 3.087.876 pesetas con 81 céntimos.

Pero te preguntarás, lector, qué tiene que ver esto con Campo de Criptana. Pues, como verás a continuación, mucho, porque el inspector jefe de la compañía para las provincias de Albacete y Ciudad Real vivía en Campo de Criptana. Era, según dice el anuncio:

Fernando Arias Barrilero
Travesía Cambronera 6, Criptana (C. Real).Teléfono número 90.

Una nota se encarga de recordar que la sociedad pagaba la totalidad de los daños reconocidos. No hay nada como la previsión… por si acaso, porque nunca se sabe, porque la naturaleza da y la naturaleza quita.

JOSÉ MANUEL CAÑAS REÍLLO