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En tierra de viñedos: Foto de José Manuel Cañas Reíllo (2015)

En tierra de viñedos: Foto de José Manuel Cañas Reíllo (2015)

Volvemos de nuevo al vino, ahora que se van acercando las vendimias. A lo mejor no hay una oportunidad mejor que ésta para retomar el tema del que ya tantas y tantas veces hemos hablado en este blog. Es ahora, precisamente, ahora, cuando eso del «mar de viñedos» de La Mancha es más cierto que nunca… ahora, en agosto, cuando la viña está en todo su esplendor, cuando se espera lo mejor de ella, cuando uno de los grandes milagros anuales de la naturaleza tiene lugar.

Hoy hablaremos de una asamblea de viticultores que tuvo lugar en el Teatro Cervantes de Campo de Criptana allá por marzo de 1924. ¿Qué motivó esta asamblea? Fue una amenaza: la del alcohol industrial. Lo que allí se dijo y se discutió nos lo cuenta el periódico La Libertad, año VI, núm. 1238, del 14 de marzo de 1924:

El lunes pasado tuvo lugar en el teatro Cervantes una Asamblea de los vineros y viñeros de Criptana, presidida por el alcalde, D. Eduardo Cueto, y demás autoridades locales.

Hablaron elocuentemente Eduardo Cueto, Luis Esteso, Adrián Antequera y Especioso Perucho, exponiendo las causas y señalando los remedios de la decadencia de la riqueza vitícola española, amenazada ahora de desaparecer si no se preocupa el Gobierno de evitar que los ríos de alcohol industrial que el progreso de las máquinas produce perjudique el vino natural salido de las cepas, fabricando vinos y bebidas adulteradas con dicho alcohol.

En tierra de vinos: Foto de José Manuel Cañas Reíllo (2015)

En tierra de vinos: Foto de José Manuel Cañas Reíllo (2015)

Los oradores pidieron que un tan grave problema como éste sea estudiado por el Gobierno personalmente, y que el patriotismo, y la razón, y la justicia inspiren la resolución, y no el capricho, sino otra cosa peor, si funcionarios parciales a favor de intereses privados hubiesen de dictaminar; pues los viticultores saben que sólo puede resolverse de una manera: haciendo cumplir la ley, que ya dispone lo que piden los viticultores, y no se cumple.

Pidieron una solución rápida, pues la viña va al ocaso.

Los Sres. Mascaró, Talavera y M. Rovira fueron objeto de estruendosas ovaciones.

Se aprobaron conclusiones enérgicas, se mandaron telegramas al Directorio y se aprobó un voto de censura a la Asociación Nacional de Vinicultores e Industrias derivadas, desautorizándola para hablar en nombre de ningún viticultor, y protestando de un documento dirigido al Directorio, que en lugar de defender el vino lo combate.

Más viñas: Foto de José Manuel Cañas Reíllo (2015)

Más viñas: Foto de José Manuel Cañas Reíllo (2015)

El día siguiente, martes, una asamblea del mismo tipo tuvo lugar en Villarrobledo para tratar el mismo problema. Entre los oradores volvemos a encontrar a Antequera, como representante de La Mancha, y a Mascaró, Talavera y Rovira, estos tres de Cataluña.

Hagamos ahora algunas observaciones sobre el léxico. Nos encontramos en la nota publicada por el periódico dos palabras que quizá hoy no son muy comunes: «vinero» y «viñero». Con «vinero» se refiere el texto, sin duda, al productor de vino, pero, curiosamente, este término no está recogido en el DRAE, aunque remite a «viñero»:

Persona que tiene heredades de viñas.

Hoy son más comunes probablemente los términos «vinatero», referido tanto a quien produce el vino como a quien lo comercializa, y «viticultor», para quien cultiva vides.

El «Directorio» al que se dirigieron los telegramas es el Directorio militar presidido por Miguel Primo de Rivera. Se instituyó tras el triunfo del golpe militar de septiembre de 1923 y duró hasta diciembre de 1925, en que fue sustituido por un gobierno en el que también intervenían civiles; de ahí su nombre «Directorio Civil».

JOSÉ MANUEL CAÑAS REÍLLO

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