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Autoridades, Bernardo Gómez, campo de criptana, Clero, Crónica, Cultura, Discurso, El Pueblo Manchego, Escolar, Escuela, Escuela graduada, Fiesta, Infantil, Maestro, Magisterio, Música, Micaela Peñaranda, Periódico, Recital
Dejábamos ayer esta fiesta de la Escuela en el acto musical y en el recital infantil, y en el reparto de obsequios. Intervinieron autoridades, y hubo discursos, como es de rigor en estos casos, y hubo, a juzgar por lo que se cuenta en el periódico, regocijo y emoción generales entre el público. Este periódico que nos transmite la crónica es, como ya se ha dicho en otras ocasiones, El Pueblo Manchego, núm. del 20 de febrero de 1913.
Venía el turno a continuación de la intervención del director de la escuela graduada con el reconocimiento a las autoridades y su agradecimiento a todos. No reproduce el periódico sus palabras textualmente, sino que se limita a recoger una paráfrasis, que es como sigue:
Cuando hubieron concluido los escolares, el director de la Escuela graduada, en nombre del magisterio nacional dió las gracias, á las señoras que llevaron amor y belleza á una fiesta bella y amorosa; á D. Bernardo Gómez y señorita de Peñaranda que han puesto su inspiración y talento al servicio de la Escuela; á las autoridades que han sabido poner lo necesario, que no fué poco para llegar á este acto; á la aristocracia de nuestra cultura que así animan y honran estas manifestaciones y especialmente al clero que á imitación de Jesús que siempre fué y se llamó maestro, dijo, más es su misión de magisterio que de sacerdocio, al pueblo que da calor, vida y entusiasmo á estos actos y demuestra que no es el que, según afirmación vulgar, pidiera á un ministro la supresión de una de sus dos escuelas de niños, sinó (sic) el que en sus últimos dos años ha creado cuatro nuevas para varones y dos para niñas, no debe un céntimo á sus maestros y ha mejorado sus dotaciones; ha reformado sus locales escuelas y aspira á hacerlos nuevos; es el pueblo que por su cultura, honradez, trabajo y consiguiente riqueza, aspira á ser un punto brillante en el mapa de España.
Aquí concluye la encendida intervención del director de la Escuela graduada criptanense, quizá el principal representante de la enseñanza en Campo de Criptana en aquel tiempo.

Sobre la sabiduría (Fachada del Seminario de San Julián, Cuenca): Foto de José Manuel Cañas Reíllo (2008)
Hacíamos referencia en el primer artículo de esta serie a quién podría haber sido el autor de esta pequeña crónica festiva criptanense. Hay que descartar posiblemente al corresponsal del periódico en Campo de Criptana por aquel tiempo, por diversas razones, por la ortografía y por el estilo. Solíamos encontrar en los textos de este corresponsal faltas de ortografía, algo que aquí no ocurre. Aunque hay parecidos en el estilo entre esta crónica y las que solía publicar el corresponsal, es ésta más comedida en el recurso a artificios retóricos, incluso que es discreta, podríamos decir. Hay un detalle más en el que nos tenemos que fijar en esta crónica: es el hincapié que hace el autor en transmitir con mayor emoción las palabras que el director de la graduada dirigió al clero sobre el papel de la religión. Por todo ello puede que no tengamos que hablar aquí de «autor» de la crónica, sino de «autora».
En esta tesitura, nos preguntamos si no sería Micaela Peñaranda, una de las participantes en el acto, quien escribió este texto para el periódico. No sería extraño, pues por algún tiempo fue corresponsal del periódico y ya en aquel tiempo era muy conocida su faceta de escritora, dedicada fundamentalmente a temas religiosos y morales. Esto es solo una hipótesis, por el momento indemostrable. Que quede sólo en eso: en hipótesis, y nada más.
Mañana continuaremos hablando sobre esta fiesta escolar, pero ya para concluir y poner la puntilla… como debe ser.
JOSÉ MANUEL CAÑAS REÍLLO
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