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Con los toneles ya a rebosar (Cuadro "Otoño"): Óleo de José Manuel Cañas Reíllo (2015)

Con los toneles ya a rebosar (Cuadro «Otoño»): Óleo de José Manuel Cañas Reíllo (2015)

Poco a poco, vamos revelando una imagen del panorama económico y social de Campo de Criptana en 1911 a partir de los datos que nos proporciona el Anuario del comercio, de la industria, de la magistratura y de la administración de ese mismo año (págs. 2108-2109). Poco a poco, nos vamos dando cuenta de que en aquel tiempo Campo de Criptana era un pequeño universo económico en el que había casi de todo, una economía casi autárquica en la que tanto se podía encontrar quien fabricase un carro como quien, ante unos traicioneros roces de zapato, pudiese proporcionar unas salvíficas hormas que nos librasen de indeseadas ampollas. Esta impresión, no la de los roces ni las ampollas, sino la de la variedad e intensidad de la vida económica en la localidad, irá aumentando a medida que vayamos repasando los restantes datos sobre la economía criptanense de 1911. Y aún queda mucho, pues esta serie, en efecto, promete ser larga.

Hoy nos ocupamos de cuatro gremios hoy ya casi completamente extinguidos o, en el caso de cuberos y toneleros, ya más raros que en el pasado: el de cuberos y toneleros, el de propietarios de almacenes de curtidos, el de estereros y el de propietarios de hojalaterías. Sí, lector, también en Criptana había quien se dedicaba a oficios tan especializados. Veamos, pues, quién se dedicaba a cada uno de ellos por aquel año en 1911:

Hojalatas históricas: Foto de José Manuel Cañas Reíllo (2014)

Hojalatas históricas: Foto de José Manuel Cañas Reíllo (2014)

Cuberos y toneleros:

José A. Castellanos
Desiderio Vázquez

Almacenes de curtidos:

Hijos de Pedro Alarcón
Francisco Pintor

Esterería:

Joaquín Oliver

Hojalatería:

Francisco Cuadra

Recordemos especialmente que en el caso de la esterería, era el oficio de fabricante y vendedor de esteras muy lucrativo en aquel tiempo, puesto que era costumbre en casas particulares y en edificios públicos cubrir completamente los pisos con ellas. Respecto al taller de tonelería de Desiderio Vázquez, en la calle Alcázar, núm. 23, encontramos publicidad de sus productos en el periódico local El Pueblo, año II, núm. 63, del sábado 13 de agosto de 1904:

En este taller se construye toda clase de pipería y barrilería de roble y castaño, á precios sumamente económicos.

Desiderio Vázquez tenía pluriempleo, pues además de fabricante de toneles era también dueño del Establecimiento Tipográfico «El pueblo», también en la calle Alcázar, núm. 23, del que salían los ejemplares del citado periódico del mismo nombre (véanse: Relojeros, toneleros y sastres en Campo de Criptana, 1904; e Imprentas, impresores, libros y libreros en Campo de Criptana, I, 1886-1904). Añadamos, además, que Desiderio Vázquez fue uno de los asistentes al banquete anticlerical que se celebró en Campo de Criptana el 29 de julio de 1907 (véase: Campo de Criptana, 1907: El banquete anticlerical, I).

JOSÉ MANUEL CAÑAS REÍLLO