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Embebidos en nuestra contemporaneidad y en todo lo que ella nos proporciona, nos resulta difícil, casi imposible, podríamos decir, imaginar cómo pudo ser el paisaje de las tierras criptanenses en el pasado, antes de que se hubiesen construido las carreteras, antes de que la línea de ferrocarril cruzase el término, antes de que Criptana hubiese comenzado su evolución urbanística hasta llegar a lo que es hoy.
Nos vamos por ello a un tiempo no muy lejano, o sí, depende de cómo se mire y depende, como hemos dicho otras veces, de la edad de cada uno. En estas cosas el tiempo es absolutamente relativo. Nos vamos a 1886, año del que data la hoja 714 del mapa «Formado y publicado por el Instituto Geográfico y Estadístico» que contiene gran parte de los términos municipales de Campo de Criptana y Pedro Muñoz, y partes de los correspondientes a Mota del Cuervo, Alcázar de San Juan y El Toboso.
Lo primero que nos llama la atención en él es que prácticamente no existen todavía las carreteras en el sentido en el que las entendemos hoy. Sólo hay una, que se corresponde con la actual N-420 en el tramo entre Campo de Criptana y Pedro Muñoz, continuando después hacia Mota del Cuervo. El tramo entre Campo de Criptana y Alcázar de San Juan aún no aparece construido. Veamos ahora por qué caminos se comunicaba Campo de Criptana con pueblos de los alrededores, en este caso con Alcázar de San Juan.
Varios caminos había disponibles para este trayecto, tanto al norte como al sur de la línea férrea. De la actual plaza de Pozohondo, que por aquel entonces quedaba a las afueras de la localidad, partía un camino hacia el suroeste: era el llamado «Camino de Alcázar de San Juan a Campo de Criptana», que una vez cruzada la línea férrea hacía su recorrido al sur de la línea férrea y casi paralelo a ella. Al poco de partir del Pozohondo una ramificación del camino se desviaba hacia el sur. Era el camino que una vez cruzada la línea férrea se bifurcaba en tres: el camino de Manzanares, el de Nieva, y el del Cerro. El camino central, el de Nieva, coincide más o menos con la actual carretera CM-3105.
Otro posible trayecto para ir de Criptana a Alcazar correspondía al camino que partía de la actual calle del Sol. Es el camino del Albardial, que iría a encontrarse con el de Alcázar a Criptana poco antes de llegar al cruce con la línea férrea.
Varios caminos partían de Criptana en los alrededores de la calle de Alcázar y de la calle del Cristo. Un gran cruce distribuía las direcciones de los cuatro principales caminos que de allí partían: el de la Era del Monego, en dirección a Alcázar de San Juan, aunque desembocaba en el camino del Pozo del Albardial; el de los Siete Molinos, que haciendo un giro hacia el norte retomaba la dirección a Alcázar de San Juan hasta llegar a este pueblo; el Camino del Pico; y el del Cristo de Villajos. El de «Los siete molinos» tenía bien puesto el nombre. A lo largo de su recorrido, molinos se erigían junto a él, como el de San Antonio, el Escribanillo o el del Condado… molinos que hoy ya no están. El camino sigue ahí. Si lo recorres, lector, recuerda que es itinerario secular, que es viejo, que es de siempre, y piensa en cuántos antes que tú lo habrán recorrido.
JOSÉ MANUEL CAÑAS REÍLLO