Etiquetas

, , , , , , , , , ,

Los sitios (Cuadro "El cementerio"): Óleo de José Manuel Cañas Reíllo (2003)

Los sitios (Cuadro «El cementerio»): Óleo de José Manuel Cañas Reíllo (2003)

Es el habla cotidiana de Campo de Criptana rica en metonimias y eufemismos, tantos, que a veces requieren en ciertas conversaciones una nota exegética para los de fuera, que se sienten algo perdidos ante tal expresión. Veremos hoy dos ejemplos: uno de una metonimia, que es el uso de un nombre propio para designar una realidad con él vinculada; y el otro es un eufemismo, es decir, el prurito que produce nombrar algo con su nombre real por algún prejuicio o miedo sustituyéndolo por un término de carácter general y de significado neutro.

La metonomia

Dice el DRAE que una metonimia es el:

Tropo que consiste en designar algo con le nombre de otra cosa tomando el efecto por la causa o viceversa, el autor por sus obras, el signo por la cosa significada, etc.

El ejemplo más usual podría ser, por ejemplo «tener un Picasso», cuyo significado es realmente «tener un cuadro de Picasso». En la lengua de Campo de Criptana tenemos un caso claro: el «coche de Arteaga», que acabó en «el arteaga» para designar a cualquier autobús, y así lo he oído en algunas ocasiones. Por supuesto, en este caso, el nombre del propietario del autobús, único suponemos en Campo de Criptana en otros tiempos, ha acabado por denominar al autobús mismo. Por supuesto, lector, esta metonimia no se entiende fuera de Campo de Criptana, y quizá el progreso de los tiempos está llevando poco a poco a su pérdida en el habla actual.

El eufemismo

Respecto al eufemismo, dice el DRAE que es la:

Manifestación suave o decorosa de ideas cuya recta y franca expresión sería dura o malsonante.

También un eufemismo encontramos en el habla habitual criptanense, cuando siempre que se habla de un lugar de sepultura en el cementerio se habla de «sitio» y no de sepultura, que sería lo más lógico, pero ya se sabe que de la muerte cuanto más lejos, incluso en la lengua, mejor… Varias acepciones para el término «sitio» trae el DRAE. Dos de ellas nos interesan aquí. En la primera encontramos la definición «Espacio que es ocupado o puede serlo por algo»; en la segunda: «Lugar o terreno determinado que es a propósito para algo».

No hay duda de que el uso de «sitio» en lugar de «sepultura» busca evitar cualquier referencia o evocación de la muerte, incluso de una forma indirecta, como ocurriría con el uso de los términos sepultura o tumba. El uso del término «sitio» en este contexto parece que implica una vinculación con la vida, aunque, ya se sabe que los eufemismos, que están presentes en todas las lenguas y bajo muchas formas, sólo sirven para tranquilizar la mente y olvidar por un momento la realidad, porque, lo que cada cosa es en esencia, lo sigue siendo… se llame como se llame. Al final todos tenemos un sitio en la vida… y también en la muerte.

JOSÉ MANUEL CAÑAS REÍLLO