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El cerro y el Santuario: Foto de José Manuel Cañas Reíllo (2008)
Llegamos hoy a la tercera y última parte de esta serie dedicada a una de esas efemérides que han pasado desapercibidas para la memoria criptanense; para la primera y la segunda véanse respectivamente: “Un 75 aniversario en el olvido. La fiesta de la Virgen de Criptana (Campo de Criptana 1939-1940) (I)”, por José Vicente Méndez y “Un 75 aniversario en el olvido: La fiesta de la Virgen de Criptana (Campo de Criptana 1939-1940) (II)”, por José Vicente Méndez. Un aniversario de 75 años de la restauración de una tradición, de una devoción y de un santuario no es cosa baladí, no es acontecimiento que pueda quedar perdido entre las brumas del olvido. Por ello esta serie de escritos pone las cosas en su lugar y, sobre todo, vuelve a situar un acontecimiento como éste en la memoria criptanense. Proseguimos, pues, con la última parte, cuyo texto es el siguiente:
TERCERA PARTE
La refundación de la Hermandad, y epílogoPor aquel tiempo, D. Alfredo, como capellán de la Hermandad, constituyó la Junta Administradora, de la que, aunque falte el Libro de Actas, conocemos los nombres de algunos de sus componentes: D. Manuel Torres, D. José Antonio Sánchez-Manjavacas, D. Enrique Alarcón, y el presidente mayordomo D. Enrique Alarcón López-Casero. Esta Junta inmediatamente se puso a trabajar aceptando el proyecto reconstrucción del Santuario que corrió a cargo de Enrique Alarcón Sánchez-Manjavacas.
Virgen de Criptana: Foto de José Vicente Méndez (2010)
Estos primeros proyectos, a saber, la adquisición de la nueva imagen y la reconstrucción del Santuario que se encontraba casi derruido sobre todo en la parte de los salones y cuadras, eran una gran obra para los vecinos y la Hermandad. Sin embargo, muy humildemente se realizaron pequeñas acciones para recaudar dinero, como la edición del anteriormente nombrado librito de Estrofas de José Antonio Sánchez-Manjavacas con cuya compra se podía aportar un donativo, la realización de colectas para tal fin, y la organización de una función de cinematógrafo para recaudar fondos, siendo la aportación libre en cuantía. Igualmente, el patrimonio de joyas y enseres de culto se recuperó en parte gracias a la aportación de D. Evelio Coronado que salvó de su destrucción en Ciudad Real una gran cantidad de objetos pertenecientes a la Parroquia y a la Hermandad de la Virgen.
Así las cosas llegamos a principios de 1940. En ese año la nueva imagen es trasladada de Valencia a Campo de Criptana en la camioneta de Navarro, siendo el día de su fiesta el 25 de marzo bendecida oficialmente. Con el sonido de la nueva campana del Santuario y bajo los vítores a nuestra Madre, la imagen volvía a estar presente en la vida de los vecinos de Criptana, reponiéndose con todos los honores su culto. En ese día y por mediación del párroco se volvió a recomponer la manera de realizarse la Función del Día de la Virgen convirtiéndose en primera ‘familia piadosa’ la de D. José María Reíllo. Precisamente, sus componentes fueron los encargados de portar la imagen en su primera salida en procesión por el cerro, junto a los gremios de pastores, «cardaores», carpinteros, etc.
Otro acontecimiento importante de esa refundación fue el ligado al gobierno de la Hermandad. Hasta el comienzo de la Guerra Civil era el propio Ayuntamiento quien se encargaba de la administración económica de la misma en subastas, gastos y reparaciones. Sin embargo, a partir de este año, con la nueva junta, la Hermandad adquiere su propia autonomía para poder funcionar por sí sola, tal y como la conocemos hoy.
Procesión en el cerro: Foto de José Vicente Méndez (2010)
Estos fueron los comienzos tras la Guerra Civil. Unas primeras actuaciones un tanto precipitadas tras las cuales vendrían otras cosas por hacer, como reparar y embellecer el interior de las dependencias del Santuario con obras que no se terminarían hasta varios años después. Estas obras pudieron llevarse a cabo gracias a personas que a título principal y a veces de forma anónima pusieron toda la ilusión y los medios que tenían a su alcance para reponer al culto la imagen de María Santísima bajo la advocación de Criptana, convirtiéndose así en portadores de una tradición en nuestro pueblo.
Se olvidarán datos, personas y hechos, pero quiero dar las gracias por su aportación a este escrito a Joaquín García Reíllo, José Manuel Cañas Reíllo, Mercedes Casado y a Ramón García Casarrubios (ex-presidente de la Hermandad de la Virgen), por la paciencia que han tenido en atenderme para entre todos descubrir parte de nuestra historia olvidada. Gracias también a todos los que hicieron posible llegar a este 75 aniversario de la traída de la nueva imagen de nuestra Patrona manteniendo así viva la fe y devoción a nuestra Madre. Lástima, vuelvo a reiterar, que tal fecha haya pasado desapercibida para el pueblo de Campo de Criptana.
JOSÉ VICENTE MÉNDEZ JIMÉNEZ DE LOS GALANES
Concluimos, pues, aquí este trabajo que, estamos seguros, habrá sido de interés para los lectores de este blog. Por supuesto, no podemos dejar de agradecer a su autor, José Vicente Méndez, que decidiera publicarlo aquí, de lo cual nos sentimos muy honrados. Tenemos que reconocerlo: Nos sentimos muy a gusto también haciendo las labores de editor; a uno también le apetece de vez en cuando leer y publicar lo que hacen otros. Quede aquí expresada mi gratitud y, estoy seguro, también la de todo Campo de Criptana.
Véanse para la serie completa:
[NOTA DEL EDITOR]