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Ya cuatro años: Foto de José Manuel Cañas Reíllo (2015)

Ya cuatro años: Foto de José Manuel Cañas Reíllo (2015)

Es ya ésta la cuarta vez que nos toca hacer balance anual en este blog. Son ya cuatro años… ¿quién nos lo iba a decir? Nació este blog un día de enero de 2012 y pensábamos al principio que llegar a los cien artículos sería un gran logro. Con el tiempo sobrepasamos esta cifra, y después los quinientos, y después los mil… tanto que ya con éste son 1.446 los artículos escritos sobre el Campo de Criptana del pasado, casi siempre, pero también a veces sobre el del presente. Y aquí estamos hoy, cerrando otro año y siempre con la misma duda que en ocasiones similares nos abrumó: ¿Continuaremos el próximo año, el 2016, escribiendo este blog? Nunca lo hemos sabido hasta el último momento; nunca lo hemos sabido, realmente, hasta el año siguiente, hasta ese día 1 de enero de cada año en el que se decidía todo… si seguíamos o no escribiendo. Hasta ahora hemos podido resolver esa duda y hemos continuado, pero no sabemos por cuánto tiempo podrá seguir siendo así. Todo tiene un principio y un final… también este blog. Si ha llegado ya ese final, no es algo que podamos aclarar ahora.

Me ha dado mucho este blog en estos años. Sobre todo, me ha permitido conocer a muchos lectores que ya, más que lectores, son amigos. Habrá, no digo que no, algún que otro lector al que no le guste lo que aquí se escribe y habrá muchos a quienes unas veces les gustará y otras no. En esto uno ya no puede hacer nada, porque hay gustos para todo, pero hay siempre, tras los escritos de este blog, la intención por mi parte de reflejar la inmensa diversidad diacrónica y sincrónica de la vida y de la historia de Campo de Criptana, de un pasado multiespectral que permite infinitas lecturas y de un presente que, como ya he dicho muchas veces, no se entiende sin el pasado. Por eso siempre he intentado que aquí se hable de casi todo. En esto, poniéndonos metafóricos, el presente es para nosotros una puerta cerrada a cal y canto que nunca podremos abrir sin una llave, que es el pasado.

En Criptana: Foto de José Manuel Cañas Reíllo (2015)

En Criptana: Foto de José Manuel Cañas Reíllo (2015)

Quizá lo que más podamos destacar es que este blog ha seguido siendo independiente y que el que escribe ha dicho lo que pensaba que tenía que decir, aunque no siempre algo de lo dicho haya gustado a todos. Por supuesto, ha habido también errores, pero incluso de ellos se aprende, y mucho… cuando se sabe interpretar la lección que nos dan.

Llega el momento de las cifras, como es habitual en estos casos. Han sido casi 54.000 las visitas recibidas por este blog a lo largo de este año 2015, lo que supone que ya, desde sus inicios, son en total más de 222.000 las veces que se han visto y, suponemos, leído sus textos. De las casi 54.000 visitas, la mayor parte, como es natural, proceden de lectores de España (47.178), mientras que desde Estados Unidos se ha visto 2.535 veces. Siguen Suiza (633), México (481), Alemania (366), Colombia (268), Argentina (249), Francia (219) y otros muchos, como la mayor parte de otros países de Centro y Sudamérica, Rusia, Macao, Taiwán, Turquía, Corea del Sur, Israel, Georgia, Japón, Kuwait, Australia o los Emiratos Árabes Unidos.

Por primera vez en la historia de este blog, no ha sido el que escribe siempre escritor, sino que también ha hecho de editor, tarea que esperamos en el futuro (si es que este blog continúa en 2016) vaya a más. Así entre los días 13 y 21 de abril publicábamos en nueve partes más un epílogo la historia de ficción inspirada en el pasado de Campo de Criptana que con el título Abismo de sangre nos enviaba nuestro querido lector y buen amigo Vicente Martínez-Santos Ysern (véanse: Ficciones criptanenses: “Abismo de sangre”, por Vicente Martínez-Santos Ysern. Capítulo I: Jacinto, y siguientes). Ya en los últimos días del año 2015 (25-27 de diciembre) volvíamos a adentrarnos en la experiencia de edición con la publicación de los tres capítulos en que se dividía el escrito histórico que nos remitía nuestro amigo y lector José Vicente Méndez Jiménez de los Galanes (véase: “Un 75 aniversario en el olvido. La fiesta de la Virgen de Criptana (Campo de Criptana 1939-1940) (I)”, por José Vicente Méndez, y siguientes).

Un panorama de Criptana: Foto de José Manuel Cañas Reíllo (2014)

Un panorama de Criptana: Foto de José Manuel Cañas Reíllo (2014)

Hora es ya de acabar este escrito, porque se acaba el tiempo, se acaba el día, se acaba también el año… Siempre cada final de año me parece un pequeño ocaso, un discreto y disimulado apocalipsis cronológico que llega y se va como de puntillas y que nos obliga a hacer un involuntario examen de conciencia y a esperar que el próximo año sea mejor… si entre unos y otros nos dejan. Al final de todo, uno se da cuenta de que el tiempo es lineal, de que el final de un año y el comienzo de otro no es sino un espejismo, porque todo continúa fluyendo, como la vida misma. Pero sea como sea este cambio de año, esperemos que el 2016 nos traiga muchas cosas buenas.

Por supuesto, sólo nos queda agradecer efusivamente a todos aquellos que siguen este blog, porque sin ellos, sin su interés por estos temas, sin sus lecturas, sin sus comentarios, sin sus sugerencias y sus críticas, nada de todo esto habría tenido sentido. Sin ellos, más me valdría haber gastado el tiempo en hacer calceta que dedicarlo a escribir.

JOSÉ MANUEL CAÑAS REÍLLO