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La Callejuela de las Carcajadas: Dibujo a rótring por José Manuel Cañas Reíllo (2016)
Era variada y cantarina la toponimia callejera criptanense anterior a la revolución del nomenclátor de 1890, la que ocurrió en tiempo del alcalde Vicente Ruescas. Según podemos ver en el extracto de sesiones que publica el Boletín Oficial de la Provincia de Ciudad Real, del 14 de mayo de ese año, había acordado el ayuntamiento criptanense en la sesión ordinaria del día 14 de abril cambiar los nombres de calle de siempre, nombres sonoros, nombres ligados a la tradición que habían sido creados a lo largo del tiempo, poco a poco, por el uso secular y prolongado de la vox populi (véase: La revolución del nomenclátor, Campo de Criptana, 1890). Es la vox populi sabia en esto de nombrar calles, mucho más que los ayuntamientos o que las ordenanzas municipales, y casi siempre acierta, y pocas veces se equivoca.
Fue entonces cuando viejos nombres de calle criptanenses como Pozo-Hondo, Castillo, Huertas y Pintado, Pozo de las Eras, Magnes y Empedrada, Tiendas, Cebolla, Cruz Verde, Granado, Aduana, Tercia, Herriega y Tardía, Pastrana, Torrecilla y Alconchel, Villalgordo, Pósito y Berenguel se perdieron en la noche del olvido, al menos en los documentos oficiales, porque muchos de ellos siguieron y siguen hoy en boca de la vox populi como nombres de calle únicos y válidos (para las correspondencias entre nombres viejos y nuevos, remito a La revolución del nomenclátor, Campo de Criptana, 1890).
Algunos de ellos volvieron con el paso del tiempo a aparecer en los rótulos de plazas y calles, como Pozo-Hondo y Castillo. Otros desaparecieron de los rótulos, pero siguen hoy en uso, como Cebolla en lugar de Espada, Torrecilla en lugar de Miguel de Cervantes, o Moreno para uno de los tramos de la actual calle Veracruz.

Calle Portugal (Antigua Callejuela de las Carcajadas): Foto de José Manuel Cañas Reíllo (2014)
Puede que entre los nombres de calle más asombrosos, también más divertidos y originales, cantarines y más alegres que un cascabel, estuviese el que tenía una calle pequeña, una calleja, callejuela, mejor dicho, callecilla corta y estrecha que hoy une la plazuela de la Cruz de Santa Ana con la Calle Libertad dando entrada a la calle Espada. Hoy se llama aquella callecilla «Calle Portugal», pero antes tuvo otros nombres. En el plano de Campo de Criptana de Domingo Miras, de 1911, aparece como «Travesía de la Espada», quizá porque en ella comenzaba su recorrido hacia el poniente la «Calle de la Espada». Pero antes de la revolución del nomenclátor de 1890 el panorama de nombres de aquellas calles era muy diferente. La «Calle de la Espada» se llamaba «Calle Cebolla», mientras que la Travesía de la Espada tenía por nombre «Callejuela de las Carcajadas», y así aparece citada en el listado de nombres de calle que desaparecerían en 1890.
Es como si el espíritu de aquel viejo monje de El Nombre de la Rosa, aquel que veía en la risa obra del demonio, se hubiese enseñoreado de la corporación criptanense y todo, todo lo que tuviese que ver con ella debiese desaparecer. Caminante, cuando transites por esa calle, recuérdalo: Estás en la vieja «Callejuela de las Carcajadas»… A lo mejor hay quien aún ve en la risa algo diabólico. Nunca se sabe.
JOSÉ MANUEL CAÑAS REÍLLO