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La orquesta: Técnica mixta por José Manuel Cañas Reíllo (2005)
No hace mucho, y aún lo recuerdo, que los últimos días de la Semana Santa eran de luto solemne. No se podía cantar, no se podía hacer música, y la televisión de entonces, la de dos cadenas, la UHF (la Primera) y la VHF (la Segunda), sólo transmitía música sacra o información oficial. No hace tanto de esto. Eran días de luto absoluto y, por tanto, no había espectáculos públicos que tuviesen que ver con la música, con el teatro o con el cine si el tema no era eminentemente religioso.
Puesto que se acerca la Semana Santa y las cosas ya han cambiado mucho, no está mal que rememoremos cómo era este luto en aquellos años de la posguerra, aunque repetimos, la situación a la que haremos referencia se prolongó año a año prácticamente hasta la década de los ochenta del siglo XX, aunque con la prohibición muy atenuada… si no recuerdo mal, porque a veces la memoria es flaca y va y viene, y confunde unos hechos con otros, y mezcla los tiempos entre sí sin orden ni concierto. En esto la memoria es como la imaginación: tiene un algo de loca de la casa… o un mucho.
Rebuscando en el baúl sin fondo de la hemeroteca he encontrado una nota que sancionaba legalmente este luto y que, por tanto, nos viene al pelo para ilustrar el tema de hoy. Es una circular del Gobierno Civil («Circular núm. 80) que se publicó en el Boletín Oficial de la Provincia de Ciudad Real del miércoles 24 de marzo de 1948. Transmite una orden del Ministro de Gobernación que había llegado telegráficamente al gobernador civil de la provincia de Ciudad Real, a la sazón Jacobo Roldán Losada, por la cual:
Desde la seis de la tarde Miércoles, a igual hora Sábado Santo, deberán suspenderse espectáculos, incluso cabarets y similares, sin más excepción que algún concierto sacro u otros actos de índole análoga.

Procesión y luto: Óleo de José Manuel Cañas Reíllo (1998)
Confirma tal circular lo que decíamos antes, a saber, que toda manifestación musical o teatral de carácter mundano quedaba prohibida desde el Miércoles Santo hasta el Sábado Santo.
Lo que el que escribe recuerda es que fue en tales circunstancias en las que uno tuvo la fortuna de descubrir por primera vez música clásica… y aquello fue en la Televisión Española y también en Radio Nacional de España de entonces, en los tiempos de Semana Santa de absoluto luto, tiempos aquellos no tan lejanos como se podría pensar. En esto se da uno cuenta de cuán rápido fluye el tiempo y de cuánto cambian las cosas, y sobre todo, de cuán importantes son los rituales en el ciclo anual de la vida del ser humano. Quizá de aquellos tiempos viene la costumbre en la televisión actual de desempolvar para la ocasión películas de tema religioso, como Quo vadis?, Ben Hur y al paso, todas las de egipcios, sumerios, acadios, romanos y griegos, incluidos los pepla, que poco vienen en general al caso.
JOSÉ MANUEL CAÑAS REÍLLO
También lo recuerdo, también. Hemos pasado de la seriedad y la tristeza por mandato gubernativo a la travialidad del turismo procesional. Así eran las cosas; así son. ¡Que extraño es el «pogreso»!
Toda la razón…