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Atardecer: Foto de José Manuel Cañas Reíllo (2016)

Atardecer: Foto de José Manuel Cañas Reíllo (2016)

Era costumbre que el pleno del Ayuntamiento criptanense se reuniese por aquellos años de finales del siglo XIX una vez a la semana en sesión ordinaria y, cuando las circunstancias lo exigían, también en sesiones extraordinarias. De vez en cuando, esas sesiones se alargaban más de lo deseado, mucho más de lo que la paciencia de un concejal podría tolerar, mucho, mucho más de lo que un alcalde podría ser capaz de mantener la calma en la reunión, mucho más de lo que la luz natural del día permitía en aquellos tiempos en los que, seguro, cuando caía la noche, había que recurrir al quinqué. Imaginemos, pues, el salón de sesiones del Ayuntamiento de Campo de Criptana, por ejemplo en 1882, veamos a todos sus concejales reunidos bajo la presidencia del alcalde presidente… mientras la oscuridad va invadiendo todos sus rincones, mientras la noche va cayendo poco a poco e inunda en sombras las calles de Criptana. Cuando ya la vista no da para más, hay que encender quinqués.

Muy seguramente quinqués tuvieron que encender por aquellos días de finales de diciembre de 1881 cuando el pleno criptanense tuvo que reunirse de urgencia… ¿para solventar qué problema? Pues ni más ni menos que las reclamaciones que varios contribuyentes habían presentado sobre «los repartos de consumos, cereales y sal» de aquel año económico. Un extracto de lo allí decidido se publicó en el Boletín Oficial de la Provincia de Ciudad Real del 6 de enero de 1882.

La vela y el quinqué: Foto de José Manuel Cañas Reíllo (2015)

La vela y el quinqué: Foto de José Manuel Cañas Reíllo (2015)

Comenzó todo el día 16 de diciembre. Se había fijado para las siete y media «de la noche», tal y como dice el boletín, la sesión extraordinaria dedicada a esta cuestión. Tanto y tanto se enredó la cuestión, que a las diez y media de la noche fue necesario suspender la sesión para continuar a las dos de la tarde del día siguiente.

Y así, efectivamente, el día 17 a las dos de la tarde continuó el pleno «resolviendo varias reclamaciones promovidas sobre aludidos repartos». Hubo de suspenderse a las cinco cuarenta y cinco para volver a reanudarse a las siete treinta de esa misma tarde. Y ya entonces sí… ya se consiguió que se resolvieran todas las reclamaciones presentadas. Quedaba entonces una cuestión por resolver: ¿Se aprobarían tales repartos? Hubo votación, y por diez a uno se acordó su remisión a la Administración económica de la provincia, y así, entre unas cosas y otras dieron las tres y diez de la mañana, hora realmente oscura, hora totalmente intempestiva, hora de estar ya en la cama hacía mucho, hora de estar ya metido de lleno en el sueño, buen sueño o pesadilla ¿quién sabe?

Tan cansados acabaron los concejales que ninguno se presentó a la sesión ordinaria del 19. En consecuencia, no se pudo celebrar por no asistir el número necesario de concejales que permitiese tomar un acuerdo. Al final, en la sesión extraordinaria del día 22 de aprobaron los repartos de consumos, cereales y sal para aquel año económico, nombrándose recaudador de éstos a Juan José Leal y Flor.

Más luz: Foto de José Manuel Cañas Reíllo (2015)

Más luz: Foto de José Manuel Cañas Reíllo (2015)

¿Por qué era tan importante esta cuestión de los repartos de consumos? Sencillamente, porque eran impuestos, en particular el de carácter municipal

… sobre los comestibles y otros géneros que se introducen en una población para venderlos o consumirlos en ella.

Esto nos dice el DRAE. Al final la cuestión se resolvió, hay que preguntarse ahora si la cuestión habría llevado tanto tiempo si no hubiese habido dineros por medio. Al final, se cerró el tema definitivamente y cada concejal se fue a su casa… suponemos. Era por aquel tiempo alcalde presidente del Ayuntamiento de Campo de Criptana Tomás Baíllo.

JOSÉ MANUEL CAÑAS REÍLLO