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Veíamos ayer cuántos quebraderos de cabeza causaron los repartos de consumos al Ayuntamiento de Campo de Criptana en aquellos días de mediados de diciembre de 1881 (véase: Las maratonianas sesiones del Ayuntamiento, el anochecer y las horas intempestivas, Campo de Criptana 1881). Convendría ahora que nos fuésemos a las raíces de los problemas, para ser capaces de comprender en su justa medida por qué se llegó a tal situación.

Nos vamos de nuevo al Boletín Oficial de la Provincia de Ciudad Real, del 6 de enero de 1882, que publica el conjunto de extractos de acuerdos tomados por al Ayuntamiento de Campo de Criptana en diciembre de 1881. Comenzó mal el mes para este consistorio. El día 5 tendría que haberse celebrado una sesión ordinaria, pero no fue así por «falta de suficiente número de señores concejales», mal éste que, como ya hemos visto muchas veces, aquejaba muy a menudo a la organización del Ayuntamiento.  Tres días después, el 8, hubo sesión extraordinaria, convocada para:

… examinar y ordenar en su caso la publicación de los repartos de consumos, cereales y sal del presente ejercicio económico…

Se acordó, sin embargo, no resolver hasta «que se llenaran ciertos requisitos que se notaron». Curiosamente, para aquel mismo día 8 se convocó otra sesión extraordinaria, en la que se volvieron a examinar los repartos de consumos, cereales y sal, ordenándose que se expusieran al público por espacio de ocho días, como establecía la «vigente instrucción del impuesto». Pero hubo reclamaciones, y fueron éstas las que dieron lugar a las sesiones maratonianas de las que hablábamos ayer. Ahora la historia sí está completa.

Mientras tanto, por aquellos mismos días de comienzos de diciembre de 1881, algunas estancias del edificio consistorial no debían de hallarse en muy buen estado. Y así, entre los acuerdos que se adoptaron en la junta ordinaria del día 12 se estableció:

Que se proceda con toda urgencia al arreglo de la habitación que existe dentro de la oficina-secretaria.

Y así aquí tienes, lector, las circunstancias y sus antecedentes, además de alguna que otra noticia anecdótica del momento… Ésta es una prueba más de cuánto y cuánto hace el destino por enturbiar así, como quien no quiere la cosa, la pacífica existencia de un grupo de concejales.

JOSÉ MANUEL CAÑAS REÍLLO