Etiquetas

, , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , ,

El final del viaje (Cuadro "Estación de Príncipe Pío": Óleo de José Manuel Cañas Reíllo) (2011)

El final del viaje (Cuadro «Estación de Príncipe Pío»: Óleo de José Manuel Cañas Reíllo) (2011)

Es habitual hoy, por fortuna, que cuando un avión o un tren llega a su destino, se agradezca al viajero la elección de tal o cual compañía y sobre todo se le recuerde que no olvide recoger sus objetos personales. Esto no está nada mal, porque, con la emoción de la llegada, a veces la imaginación se va por los cerros de Úbeda y una cartera o una maleta del viajero continúan viaje, mientras que el viajero no. En otros tiempos no existían estos adelantos y, seguramente, de haber existido, no habríamos tenido hoy historia para este blog, porque de eso va precisamente este artículo: En busca de la hijuela perdida.

Ocurrió el hecho el día 9 de septiembre de 1892 y fue el escenario un tren que pasaba por Campo de Criptana. Un viajero se dejó los documentos y una nota, con el título «Perdida», se publicó en la página de anuncios y de necrológicas del periódico El Imparcial, del domingo 18 de septiembre de ese mismo año. Dice así:

En el tren mixto que llegó á esta corte la tarde del 9 de este mes, procedente de Valencia, se olvidaron, dejándolos en el coche, á un viajero, desde Socuéllamos a Alcázar de San Juan, en donde se apeó, unos testimonios de hijuela de la partición de bienes de D. José María Sánchez, de Socuéllamos, y una escritura de venta de casa por herederos del Sánchez á favor de D. Constantino Martínez Sañudo.- Se ruega á la persona que haya encontrado dichos documentos se sirve devolverlos ó dar aviso al Notario de Campo de Criptana, D. Saturnino Cenjor, á los interesados referidos ó en Madrid calle de San Agustín, 12, bajo, derecha, y se gratificará.

En la Corte (Cuadro "Estanque del Retiro": Óleo de José Manuel Cañas Reíllo) (2011)

En la Corte (Cuadro «Estanque del Retiro»: Óleo de José Manuel Cañas Reíllo) (2011)

Otros muchos anuncios rodeaban al citado: Un novedoso remedio para el cáncer inventado por Manuel Gallo, la pérdida de un perro de lanas blanco perdido en la Puerta de Alcalá, o la publicidad de corsés «La Magdalena», «para señoras, varios colores», en la calle Mayor 34.

Respecto a Saturnino Cenjor Guerrero, ya lo encontramos citado en el listado de contribuyentes electores de Campo de Criptana publicado en el Boletín Oficial de la Provincia de Ciudad Real del 1 de noviembre de 1877. Aparece, efectivamente, como notario, con residencia en la calle Tiendas, 9 (actual calle Murcia en su primer tramo, el que parte de la Plaza Mayor).

Acabemos hablando de la palabra «hijuela», palabra sonora, como suelo decir, cantarina. Y nos vamos por ello al DRAE, donde encontramos trece acepciones diferentes. Según la primera, que nos da la acepción más general, una hijuela es una «cosa aneja o subordinada a otra principal». Específicamente, las que hacen los números 8 y 9 tienen el sentido especializado del mundo notarial que aquí nos interesa:

8. Documento donde se reseñan los bienes que tocan en una partición a cada uno de los partícipes en el caudal que dejó un difunto.

En Carboneras de Guadazaón: Foto de José Manuel Cañas Reíllo (2010)

En Carboneras de Guadazaón: Foto de José Manuel Cañas Reíllo (2010)

La 9 da una acepción derivada de la 8: «Conjunto de los bienes reseñados en la hijuela de una partición». «Hijuela» tiene otros usos, también el religioso, como es el caso de la reliquia conocida como Santa Hijuela, en Carboneras de Guadazaón (Cuenca).

No sabemos si los documentos fueron recuperados o no, y si hubo gratificación o no, y si la hubo a cuánto ascendió… son demasiadas preguntas sin respuesta como continuar. Por eso aquí acabamos hoy.

JOSÉ MANUEL CAÑAS REÍLLO