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Nos vamos hoy a un pasado algo más lejano que en días anteriores, a un tiempo peligroso, a una época procelosa, cuando las guerras carlistas azotaban, también, la provincia de Ciudad Real, y los «facciosos», como se les llamaba en la época, hacían sus andanzas por la provincia. El resultado era el quebrantamiento total de la cotidianeidad, de ese día a día tranquilo de cada pueblo, de ese sucederse plácido de las estaciones, de la noche y del esperado día, pues había secuestros, robos de ganado, quema de mieses ya en sazón para la siega y algún que otro asesinato. Hubo un tiempo en que estos acontecimientos eran noticia habitual en los periódicos españoles, por ejemplo en el año 1839, cuando Campo de Criptana a menudo se veía involucrado en conflictos que, ciertamente, poco tenían que ver con los problemas del día a día de sus habitantes. Supongo que a quienes tenían bastante con sobrevivir cada día, que eran la mayoría,  poco les importaba que reinara Isabel o que reinara Carlos, porque los asuntos de la Corte eran, al final, de otro mundo, de otra dimensión.

Sale a relucir Campo de Criptana en una de las noticias oficiales que se publicaron en el periódico Eco del Comercio, edición de Madrid, núm. 1899, del sábado 13 de julio de 1839. En particular, se cita su nombre en el «Parte recibido en la secretaría de Estado y del despacho de la Guerra». Lo remite el comandante general de las provincias de Ciudad Real y Toledo, con fecha del día 8 de julio de 1839. Estas noticias proporcionan datos que tienen que ver con las andanzas guerrilleras de los «facciosos» por la provincia de Ciudad Real y con la persecución a que eran sometidos por la caballería de la reina. Respecto a Campo de Criptana dice así:

Ultimamente, espone (sic) en el mismo parte el comandante general que en el Campo de Criptana se ha presentado á indulto un rebelde; que se han rescatado algunas personas y ganados del poder de la facción; que nuestras tropas persiguen cada día con masactividad (sic, por «más actividad») y buenos resultados las gavillas que recorren el país, y que á esto se debe el que las cosechas se van recogiendo en él con casi general seguridad.

Sobre el significado específico de «faccioso» en esta época ya hablamos en otra ocasión, por lo que remitimos al artículo El «faccioso» criptanense y el ajusticiamiento… al alba (Campo de Criptana 1837). Otro término que requiere explicación nos aparece en el texto citado: Es «gavilla». De él se conoce especialmente su significado para uso agrícola, tal y como aparece recogido en la primera acepción que para este vocablo da el DRAE:

Conjunto agrupado de sarmientos, cañas, mieses, ramas, hierba, etc., mayor que el manojo y menor que el haz.

La segunda acepción es la que nos interesa aquí, pues se aplica al uso que se le da en el texto:

Conjunto de varias personas.

Pero, cuidado con esta palabra, lector, puesto que el DRAE nos especifica que se usa en sentido despectivo.

JOSÉ MANUEL CAÑAS REÍLLO