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Seguimos en los años veinte, un día más, locos años veinte, también para Campo de Criptana, años de actividad de su Teatro Cervantes, años en los que no había compañía de teatro o de variedades que no lo incluyese en sus giras, años de desenfado, años de cambios urbanísticos en la localidad. Es aquel periodo, sin duda, una de los más interesantes en la historia reciente de Campo de Criptana. Seguimos en él, para seguir contando pequeñas historias consistoriales, pequeñas historias, ciertamente, pero con grandes repercusiones en la vida cotidiana de la localidad.

Y nos vamos a centrar en una decisión que emanó del pleno del Ayuntamiento, en este caso de la sesión ordinaria celebrada el día 5 de enero de ese año. Usamos como fuente, al igual que en otros casos, el extracto de sesiones que se publicó en el Boletín Oficial de la Provincia de Ciudad Real del 24 de agosto de 1927, en el que apareció la información relativa a esa sesión.

Fue aquella sesión del 5 de enero la primera del año 1927, ya en las postrimerías de la Navidad, el día mismo de los Reyes Magos, cuando hacía sólo unos días que se había procedido a la elección de una nueva corporación municipal (véase: Y antes de Navidad… una nueva corporación municipal, Campo de Criptana 1926). Se tomaron varios acuerdos en ella, por ejemplo, dar paso para informe de la Comisión de obras a una instancia del vecino criptanense, Emilio de la Guía, en reclamación del pago de una expropiación de terreno. A continuación se procedió a hacer nombramientos, lo que es lógico, pues los cambios en la corporación solían acarrear también cambios en el personal municipal. Así, fueron cuatro los nombramientos realizados:

Jefe de Policía:

Dámaso Lucas Torres Ramos

Guarda del arbolado:

Francisco Carmona Villacañas

Encargado del reloj de la villa:

José María Cruz Izquierdo

Depositario de fondos municipales

Ricardo Rasines López

Y no quedaron ahí los nombramientos. En la sesión del día 9 se nombró Inspector municipal de higiene y sanidad pecuarias a Ángel Herreros Gómez, y se designaron como vocales de la Junta local de primera enseñanza a los concejales Alfonso Cereceda, Francisco Valera, y al farmacéutico Félix Puebla.

Seguía disfrutando en aquel tiempo el alcalde titular, Antonio Ocaña, de la licencia que había solicitado el día 23 de diciembre de 1926. Firma en consecuencia el extracto su segundo de a bordo, que era Eduardo Cueto. Y junto a él encontramos para dar fe de la veracidad del documento el nombre del secretario del Ayuntamiento en aquel tiempo: Joaquín García González.

JOSÉ MANUEL CAÑAS REÍLLO