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Midiendo distancias: Óleo de José Manuel Cañas Reíllo (2016)

Midiendo distancias: Óleo de José Manuel Cañas Reíllo (2016)

Es un agrimensor quien mide el campo, al menos literalmente tomada en consideración su evidente etimología latina. Pero, para mantenernos en la línea acostumbrada en cuestiones lexicográficas, es conveniente que recurramos al DRAE, para que nos diga con exactitud la acepción de tal término, altisonante, evocador de tiempos arcaicos, de tiempos casi legendarios, pero muy unido a la tierra, nunca mejor dicho. Dice, así pues, el DRAE que un agrimensor es la:

Persona perita en agrimensura.

Es decir, un agrimensor es un perito en agrimensura, y, ya que estamos aquí, bueno será que censuremos ese uso tan extendido pero extraordinariamente inapropiado entre quienes acentúan mal convirtiendo en esdrújula una palabra que, en realidad, es llana… y dicen «périto» en lugar de «perito», como debe ser.

Es el puesto de agrimensor de gran importancia para la economía de los terrenos, pues a ellos corresponde no sólo medir, sino principalmente tasarlos en su justa medida. Allá por la década de los años ochenta del siglo XIX encontramos un agrimensor en Campo de Criptana llamado Wenceslao Fernández.

Campos y bodega en ruinas: Óleo de José Manuel Cañas Reíllo (2016)

Campos y bodega en ruinas: Óleo de José Manuel Cañas Reíllo (2016)

A él recurrió el Ayuntamiento para una tasación, tal y como se nos explica en los extractos de sesiones correspondientes al mes de diciembre de 1883 (Boletín Oficial de la Provincia de Ciudad Real, del 25 de enero de 1884). Salió a relucir el nombre del agrimensor en la sesión ordinaria del día 31, ese día último del año, todos los años, en que suele escucharse tan a menudo el tópico tan consabido «hasta el año que viene». Veamos para qué requirió el Ayuntamiento los servicios del agrimensor:

Que se dé vista de la tasación hecha por el Agrimensor D. Wenceslao Fernández, en el terreno que han cedido para vía pública en el sitio de las Charcas, D. Santiago y D. José María Millán, para en el caso de estar conformes, incluir su importe en el presupuesto adicional que se forme del presente ejercicio de 1883 a 1884.

Había por aquel tiempo un Wenceslao Fernández que hacia 1879-1883 desempeñaba el cargo de secretario del Ayuntamiento de Pedro Muñoz, y hacia 1885 en Tomelloso. No sabemos si se puede identificar a éste con el agrimensor citado. Lo cierto es que en el capítulo de Campo de Criptana del Anuario del Comercio, de la industria, de la magistratura y de la administración, o directorio de las 400.000 señas de España, Madrid: Carlos Bailly-Baillière, 1886  (pág. 1025), encontramos citado al agrimensor Wenceslao Fernández. De otro agrimensor tenemos noticia en Campo de Criptana unos años antes, en 1882. Era Sebastián Pintor Caendo, según aparece citado en el Anuario del comercio de ese año (pág. 835).

JOSÉ MANUEL CAÑAS REÍLLO