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Desde el cerro (Panorámica de Campo de Criptana): Óleo de José Manuel Cañas Reíllo (2004)

Desde el cerro (Panorámica de Campo de Criptana): Óleo de José Manuel Cañas Reíllo (2004)

Por aquellos días de comienzos de abril de 1967 un ingenio orbitaba en torno a la tierra, a 30.000 kilómetros por hora. Era el Soyuz-1. Por aquellos días Charles Chaplin presentaba en España su película La Condesa de Hong-Kong, y también por aquel entonces «Excursiones Marsans» organizaba salidas de puente y viajes por toda España. Uno de ellos era precisamente la Ruta Cervantina, con una duración de 3 días, con salida todos los viernes y con un precio «desde 2.500» ptas. Todo esto lo encontramos en la página 11 del periódico Hoja del Lunes, del lunes 24 de abril de 1967.

Y encontramos más cosas, en particular relacionadas con La Mancha y, en especial, con Campo de Criptana. Entre una noticia sobre Monseñor Escrivá de Balaguer en Navarra y otra sobre la situación tensa en Grecia, se publica una extensa nota enviada desde Ciudad Real, con el encabezamiento «El ministro de Información en la Mancha». Y el ministro de Información y Turismo, título completo del cargo, no era otro sino Manuel Fraga Iribarne. Lo que narramos a continuación está tomado de esta nota.

Hacia el horizonte: Foto de José Manuel Cañas Reíllo (2016)

Hacia el horizonte: Foto de José Manuel Cañas Reíllo (2016)

Llegó Fraga a Ciudad Real procedente de Daimiel y Almagro la noche del día 22. Y lo primero que hizo al día siguiente fue entregar «nueve televisores para otros tantos teleclubs de la provincia». Ya no existen los teleclubs, pero eran institución muy común en aquel tiempo, y lo siguieron siendo durante los setenta. No había pueblo en el que no hubiese al menos uno, y Campo de Criptana también tuvo el suyo. Siguieron varios actos, en el Gobierno Civil y en la Diputación, y a continuación se puso en camino el ministro para recorrer la provincia y visitar los lugares más emblemáticos del legado cervantino y quijotesco.

Pasó por Argamasilla de Alba. Luego vino a Campo de Criptana. Más tiempo se detuvo en Alcázar de San Juan, donde inauguró el molino «Barcelona» ante la presencia del alcalde de esta ciudad. Hubo discursos en la Plaza Mayor y visitas al Museo Fray Juan Cobo, a las excavaciones arqueológicas y al Torreón de Don Juan de Austria, y después pasaron los actos al cerro de San Antón. Acabó su viaje, rápido, fugaz, en Puerto Lápice, y de allí tomó el camino de Madrid.

Todavía desde el Cerro de la Paz: Foto de José Manuel Cañas Reíllo (2016)

Todavía desde el Cerro de la Paz: Foto de José Manuel Cañas Reíllo (2016)

Poco se detuvo en Campo de Criptana, como hemos dicho muy de pasada. Pero lo retomamos ahora, con más tranquilidad, ya ajenos a las prisas del viaje, ya ajenos a las parafernalias oficiales y protocolos que tan poco le gustan al que escribe, porque hay algo más que decir. ¿Qué hizo el ministro de Información y Turismo en Campo de Criptana? Sin duda, lo mejor que se puede hacer, lo que hay que hacer en Campo de Criptana, lo que todo viajero tendría que hacer cuando viniese aquí, aquello que, sin duda, justifica un viaje a estas tierras, aquello que eleva el corazón y disimula todas las cuitas. Fraga estuvo en el Cerro de la Paz «para contemplar el panorama de los molinos».

Éste es un panorama, sólo uno de los posibles en el Cerro de la Paz. El otro es la mirada al sur, hacia la inmensa e infinita llanura con Campo de Criptana al pie, extendido como una inmensa alfombra, y con el mar de viñedos al fondo… hasta la lejanía, hasta donde alcanza la vista, hasta donde el cielo y la tierra se fusionan…  La Mancha en toda su inmensidad y en toda su grandeza. Allí, donde siente uno por un momento que puede tocar la eternidad. Seguro que Komarov, el tripulante del Soyuz-1, podía vislumbrar desde las alturas un inmenso mar verde en el centro de la Península Ibérica. Ése es el mar de viñedos de La Mancha.

JOSÉ MANUEL CAÑAS REÍLLO

 

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