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Esto de las oposiciones es cosa antigua, mal trago para opositores, momento crítico en su carrera, momento decisivo en el que el futuro queda decidido en cuestión de horas. Unos ejercicios pueden marcar un antes o un después en una vida. Traemos este tema hoy no porque servidor haya formado parte recientemente de un tribunal de oposición, sino porque también en las escuelas de Campo de Criptana había oposiciones por aquellos años del final de la década de los veinte, década loca como la que más, década de desenfreno, década de despreocupación, década de actividad incesante del Teatro Cervantes. Y ¿dónde encontraremos un ejemplo de oposición en la escuela criptanense? Pues, como no podía ser de otra manera, en una de las revistas del gremio de la enseñanza más difundidas y más famosas… revista aquella que tenía que leer todo maestro de la época, porque casi todo lo que se refería a su oficio estaba en ella… plazas, traslados y muchas más cosas, como los días de vacaciones para aquel mes de febrero.
La revista es el Suplemento a La Escuela Moderna, y el número el correspondiente al año XXXVIII, del 2 de febrero de 1929. Y la convocatoria de la oposición a la que me he referido se publicó en la página 185. Dice así:
Se convoca a los señores opositores a la plaza de Maestro de Sección de la Escuela nacional graduada de niños, de Campo de Criptana (Ciudad Real), para que hagan acto de presencia en el local de la referida Escuela, el día 15 de febrero próximo y hora diez de su mañana, con objeto de dar comienzo a los ejercicios de oposición.
Campo de Criptana, 16 de enero de 1929. – Por el Tribunal: El presidente, Mauricio E. Morales. – El secretario, Juan José Escribano.
Por cierto, por aquel mismo número de la revista nos enteramos de las fechas en las que cayó aquel año el Carnaval, días feriados para las escuelas de la época, por supuesto:
Mes de febrero.- Son días de vacación, además de los domingos, 3, 10, 17 y 24, los días 11 y 12, lunes y martes de Carnaval, y el 13, miércoles de Ceniza.
Y a lo mejor, quién sabe, por aquellos tiempos estaba enfrascado en los cuadros de carnaval que tan famosos le hicieron después el pintor José Gutiérrez Solana, o a lo mejor James Ensor pintaba por aquel entonces sus famosos cuadros de máscaras.
A lo mejor luego nos enteramos del nombre del opositor que ganó la plaza en Campo de Criptana, el nombre de aquel a quien unos ejercicios le cambiaron la vida para siempre.
JOSÉ MANUEL CAÑAS REÍLLO