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Suele el ciudadano, suponemos, preguntarse qué se hace de sus votos una vez pasadas las elecciones, en qué quedan esas promesas, en qué queda el cortejo que a modo de pavo real despliegan los candidatos ante los votantes para conseguir sus favores, que en este caso es el voto. Poco tiene que hacer el ciudadano cuando ve que sus votos no se dedican a lo que se pensaba, que sus candidatos no son lo que parecían. A lo mejor es que la política es como la vida misma, que sobran apariencias, y lo que parece una cosa es realmente otra. Pocas veces expresa el ciudadano sus quejas y, cuando lo hace, pocas veces llegan a la los medios de comunicación.

Cosas de pájaros: Foto de José Manuel Cañas Reíllo 2016

Cosas de pájaros: Foto de José Manuel Cañas Reíllo 2016

Pero, allá por finales del año 1934, un grupo de criptanenses se vio defraudado por el candidato por el que se habían dejado cortejar, quien les había deslumbrado un tiempo antes, quien en tiempos de elecciones, tiempo en que todo, todo es posible, les había ofrecido, seguramente, el oro y el moro. A lo mejor es que los políticos no tienen que ofrecer el oro y el moro, sino decir la verdad. A lo mejor saben los candidatos que por mucho plumaje que desplieguen, no hay oro ni moro que ofrecer, porque la cosa da para lo que da y hay que tener los pies en la tierra… pero lo ofrecen. Y ancha es Castilla.

La queja se publicó en el periódico Heraldo de Madrid, año XLIV, núm. 15.244, del martes 18 de diciembre de 1934, y tiene mucho que ver con el cortejo de pavo real. La nota se titulaba «Los gorriones de la política: Desde su jaula voló al ‘Agro’ y corre el riesgo de caer en la ‘liga'». No me dirá el lector que ya el título en sí mismo no es críptico, que no admite segundas lectura, quizá también terceras, que tanto podría este texto pertenecer a un tratado de ornitología aplicada como a un manual práctico de fabricación de jaulas pajareras, oficio complejo y como el que más. Tal y como dice el periódico:

El Círculo Republicano Conservador del Campo de Criptana nos ruega la publicidad de la siguiente pintoresca carta abierta.

Hablando de pájaros...: Foto de José Manuel Cañas Reíllo (2016)

Hablando de pájaros…: Foto de José Manuel Cañas Reíllo (2016)

Y a continuación se reproduce literalmente la citada carta. Prepárate, lector, y disfruta, porque pocas veces tendrás oportunidad de encontrar en la prensa tan colorida y divertida misiva:

Criptana, 10 de diciembre de 1934.

Señor D. Daniel Mondéjar.

Muy señor nuestro: El vistosísimo plumaje de ciertos pájaros indúcenos a veces a recluírlos en artística jaula, en espera de que nos deleiten con sus armoniosos gorjeos. Las apariencias suelen engañarnos; todos ellos injieren (sic) con avidez el cotidiano alpiste que se les echa; pero no todos cantan. Usted, Sr. Mondéjar, es también un pájaro que ha defraudado nuestras ilusiones. Lo recluímos en el Parlamento con nuestros votos para que cantase, y allí continúa devorando con deleite la sabrosa pitanza, sin que hasta la fecha haya abierto el pico.

Por esta causa, su deserción del partido republicano conservador no nos inquieta lo más mínimo. Tan es así, que cuando se rumoreaba si emigraría usted o no del mismo recordamos con ironía lo que dijo el árbol corpulento al cuco que amenazaba con abandonar su copa si aquél continuaba meciéndose: «¡Vete, vete! ¡Para el peso que haces!…

No dirigimos a usted la presente carta al Centro Agrario, en previsión de que haya remontado el vuelo y haya caído en la Liga.

Suyo afectísimo y seguro servidor, q. e. s. m. – Por el Comité Político, el secretario, Rafael Casero.

No me dirá el lector que esta carta no es deliciosa, aunque sólo sea por su percepción de la política, por sus imágenes del parlamento, por esa caricatura de la política de la época aquella… que también se podría aplicar a la de hoy, y a lo mejor a la de todos los tiempos. Pocas veces llega la queja de los votantes decepcionados a la prensa, pocas veces se presta atención a quienes se sienten defraudados por pájaros que comen pero no cantan.

Daniel Mondéjar era diputado a cortes por la provincia de Ciudad Real.

JOSÉ MANUEL CAÑAS REÍLLO