Etiquetas
Alma negra, Armas, Calle, campo de criptana, Carta de vecindad, Cuadrilla de los Paulinos, Diccionario Geográfico y Estadístico, El Católico, El Clamor Público, Extorsión, Guardia Civl, José Enríquez, Licencia, Maravedí, Molinos, Monárquico, Paisaje, Partido Liberal, Pascual Madoz, Pedro Torrija, Periódico, Pueblo, Rapto, Real, Religioso, Robo, Secuestro, Villanueva de los Infantes
Creo que ya podemos dar por concluida la serie dedicada a los propietarios. De hecho, ya está dicho todo lo que había que decir. Pasamos página, por tanto, y nos vamos a otras historias criptanenses.
En el artículo de hoy retrocedemos en el tiempo hasta el año 1856, a un Campo de Criptana que, sin duda, debía de estar muy próximo al que nos describió Pascual Madoz en su Diccionario Geográfico y Estadístico… a un tiempo de incertidumbres e inseguridades. No hablaremos de Campo de Criptana mismo, del pueblo, ni de sus paisajes, ni de sus calles, ni de sus molinos, ni nos centraremos en una historia que tenga que ver directamente con él. Es una noticia indirecta la que traemos hoy. Se publicó en el periódico religioso y monárquico, El Católico, año XVII, núm. 5133, del viernes 28 de marzo de 1856, y dice así (conservo, como es habitual, la grafía original del texto):
La guardia civil de Infantes ha dado muerto (sic, por «muerte») al famoso criminal Pedro Torrija (a) Alma negra desertor de presidio y uno de los que componían la cuadrilla de los Paulinos, complicado en varios robos y autor del rapto de don José Enriquez. Los guardias encontraron sobre su cuerpo 7 rs. y 10 mrs., una licencia de uso de armas y carta de vecindad espedida en el Campo de Criptana.
Siempre que en textos de esta época, como ya en otras ocasiones nos ha sucedido, encontramos «(a)», tenemos que entender que se hace referencia a «alias», es decir, al mote del protagonista de la historia, que en este caso sería «Alma negra». Era, sin duda, uno de los muchos miembros de partidas que se dedicaban a recorrer la provincia aprovechándose de su carácter rural que, sin duda, ofrecía muchas facilidades para robos, secuestros y extorsiones. Lo cierto es que, por algún tiempo, Pedro Torrija, alias «Alma negra» fue la pesadilla de la provincia de Ciudad Real… y estuvo avecindado en Campo de Criptana. José Enríquez, su víctima (o una de sus víctimas), se puede identificar (así lo pensamos) con un propietario vecino de La Solana (Boletín Oficial de la Provincia de Ciudad Real, del 22 de septiembre de 1856).
La misma noticia con igual texto (a excepción de la errata «muerto») se publicó en el periódico El Clamor Público, periódico del Partido Liberal, del mismo día.
JOSÉ MANUEL CAÑAS REÍLLO