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Como si de una premonición se tratase, hablábamos hace dos artículos de la interpretación de Tannhäuser que hizo la Filarmónica Beethoven en el concierto número 893 del maestro Angulo. Y fue este concierto protagonista principal de la fiesta de Santa Cecilia de aquel año de 1965. Hubo más en aquel concierto. Hubo pasodobles y hubo zarzuela y, especialmente, Francisco Calonge Galindo brilló con su solo de clarinete, tal  como nos contaba el viajero, o reportero, o corresponsal… póngase lo que se quiera, en su crónica publicada en el periódico provincial Lanza del 9 de diciembre de 1965.

Tannhäuser es música, y es canto. Tannhäuser es teatro. Es lo bueno de la ópera… de la Gesamtkunswerk wagneriana. Todo el arte en uno… eso es. Fue Tannhäuser una premonición, como decíamos al principio, porque, aunque no hubo ópera como tal, sí hubo teatro en aquel día de Santa Cecilia. Música y teatro… primero una, luego el otro, en su justo orden y conveniente sucesión: La primera parte de la velada y la segunda.

Y así, llegado es el momento de que veamos qué teatro se hizo aquel día. La representación teatral, a cargo del Cuadro Artístico, consistió en la puesta en escena de la farsa cómica ¡Manda a tu madre a Sevilla! de José de Lucio, «con argumento de enredo que produce en la gente mucha hilaridad y regocijo» (sic, el periódico).

Y veamos quiénes fueron los actores. Los papeles principales estuvieron a cargo de Julia de la Guía y Juan Antonio Quintanar, quienes, según el periódico:

… exprimieron bien los momentos graciosos de la obra.

Les acompañaban Angelita Moreno, Zoi Díaz-Ropero y Carmen Morales, quienes, también según el periódico estuvieron:

… muy desenvueltas y con buen estudio de papeles.

Completaban el reparto los galanes, Francisco Calonge, Lorenzo Mariscal, Apolonio y Manolo Escribano y José María G. Casarrubios.

La representación fue todo un éxito y:

Para todos hubo muchos y largos aplausos en los finales de acto y en varios mutis, que también deben llegar al director de escena Conrado Romero.

Pero hubo un «pero» del autor de la crónica publicada en Lanza sobre la caracterización y vestimenta del personaje principal:

Al que a fuer de ser sinceros, no podemos omitir el reparo del año anterior. Esto es, la falta de caracterización y vestimenta en Angustias, la señora matrona y personaje clave del asunto. ya que concebir así, a Julia de la Guía que la representaba, con su talla gentil y juvenil figura, ¡vaya señor director! que hace falta mucha imaginación para admitir las situaciones.

Pensará, quizá, el lector, que con esto ya finalizaron los festejos de aquel día de Santa Cecilia de 1965 en Campo de Criptana. Se equivoca. Queda aún más, pero continuaremos mañana.

JOSÉ MANUEL CAÑAS REÍLLO