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Hacía tiempo que no salían a relucir las ferias y fiestas. Caigo en la cuenta de que últimamente digo mucho eso de «hacía tiempo que no…» Sin duda, el hecho de haber dejado a un lado por una temporada las largas series hace que vayan aflorando por aquí y por allí temas de los que ya en otras ocasiones hemos tenido la ocasión de tratar. Seguimos, pues, picoteando en la hemeroteca y sacando a la luz pequeñas historias puntuales de otros tiempos criptanenses.

Hablaremos hoy de las fieras y fiestas del año 1959. Hablaremos hoy de ellas, y también en los próximos días, pero aseguramos que no será larga la serie… únicamente lo necesario para recorrer todo el programa de ferias de entonces.

Eran muy diferentes las ferias en aquel tiempo a lo que son hoy. No diferían en las fechas, a excepción del día de la traída del Cristo de Villajos, pero sí en los acontecimientos, en los festejos mismos. Por ello merece la pena que hagamos un recorrido por su programa para adentrarnos, aunque sólo sea por un instante, en el pasado criptanense, no tan lejano, no tan nebuloso en el olvido… más cercano de lo que parece. Ciertamente, la lejanía o proximidad en el tiempo no es cuestión objetivo, pues depende de la edad de cada uno, de la perspectiva de cada quién y de cómo se plantee ese vistazo al pasado. Para unos estará muy fresco todo aquello en el recuerdo. Para los más jóvenes, todo sonará a muy antiguo. Pero, insistimos: En el fondo, no hace tanto de todo aquello.

El programa de las ferias criptanenses de aquel año de 1959 se publicó, como era habitual, en el periódico provincial Lanza. En este caso apareció en el número correspondiente al lunes 24 de agosto de 1949. Curiosamente, se publicó, en cierto modo, a toro pasado, pues las festividades habían comenzado el día 20.

Por aquel entonces ya comenzaba la Feria, como en la actualidad, el día 24 de agosto. Sin embargo, la traído del Cristo de Villajos era mucho más tarde que en la actualidad. Aquel año, tuvo lugar el jueves 20 de agosto. Fue a las ocho y media de la tarde su llegada, tal y como nos dice Lanza, y, como era habitual, asistieron «autoridades y jerarquías», manteniendo aquella expresión muy de la época. Como novedad, aquel año luciría la imagen del Cristo una:

… rica banda de brocado, costeada por doña María Luisa y doya (sic) Pilar Penalva y Baíllo.

Aquello fue el día 20. Y la imagen del Cristo llegó. El 23 ya se percibía el ambiente de fiestas. Y hubo una diana a las ocho y media de la mañana, como era habitual en aquellos tiempos. ¿Y quién la hizo? Pues la banda del Frente de Juventudes. Ese día ya contaba como festivo y comenzaron los actos a sucederse ininterrumpidamente hasta las 11 de la noche. A las once de la mañana hubo una subasta de objetos que se habían regalado al Cristo de Villajos; a las 6 de la tarde, un partido de fútbol… pero no un partido cualquiera… sino un «Gran partido de fútbol», que no es poco. Y a las 8 de la tarde se inauguró oficialmente la feria. Quince minutos después, a las ocho y cuarto, hubo concierto. ¿A cargo de quién? Por supuesto, y como no podía ser de otra manera, de la Filarmónica Beethoven. Y fue en el parque.

No faltaban entonces, como no faltan hoy, los fuegos artificiales. Y los hubo. Fue a las once de la noche… una «vistosa colección de fuegos artificiales» que estuvo a cargo de la Pirotécnica Manchega de Madridejos. Y salió un toro de fuego, que es asunto bien serio y cosa a tener en cuenta especialmente por los pirofóbicos.

Finalizaban los actos a las once y media de la mañana con un acto que realmente hoy nos sorprende mucho: Un combate de boxeo. Fue «una gran velada» de boxeo, nos dice Lanza, en el Circo Estambul.

La verdad, es que con tanta y tan gran ponderación de los actos… «gran partido», «vistosa colección», y «gran velada», el programa muestra un apasionamiento por las ferias realmente excepcional. Mañana continuaremos hablando del programa de las ferias y fiestas de aquel año… de su primer día, del 24 de agosto.

JOSÉ MANUEL CAÑAS REÍLLO